Por qué puedes practicar tu hobbie favorito y no sentirte mal por ello

Extraída de https://techlaunch.io/
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Uno de los mayores males de esta sociedad es creer que todo nuestro tiempo ha de tener una finalidad productiva y útil, como si hasta en nuestro tiempo libre tuviésemos la obligación de buscar otras metas diferentes aparte de disfrutar y descansar. Efectivamente, saber disfrutar y recargar pilas en nuestro tiempo libre nos ayuda a desempeñar nuestro trabajo de manera eficiente y aprovechar la jornada laboral y maximizar nuestros resultados. Y aunque lo sabemos, muchos son los que cogen de su tiempo libre más y más porciones de tiempo para acabar con sus quehaceres, dejando para el final (o para las vacaciones) las actividades que nos gustan y nos divierten, con el peligro añadido de no saber muy bien qué hacer cuando lo tenemos (por estar desentrenados) y recayendo en las tareas de nuevo sin que jamás lleguemos a un descanso real. Es así como se llega a estados de agotamiento físico, mental y emocional con importantes consecuencias para nuestra salud.

¿Y qué es un hobbie exactamente? Una tarea que busca el desarrollo de nuestras virtudes y habilidades pero sin la presión que supone un horario laboral (es decir, practicadas en tu tiempo libre y sin recibir remuneración alguna), que promueve el contacto con aspectos de tu personalidad y que puede incentivar tanto el contacto social con los demás como un mayor conocimiento personal. El objetivo principal es el disfrute y la conexión con la tarea, en una perfecta sincronía de la persona con la actividad que realiza, y supone siempre adoptar una perspectiva activa, de movimiento y avance en lo que se hace. De este modo, quien considera un hobbie ver series no solamente es para ser un consumidor pasivo; el espectador vive las historias y el argumento y se sienta enfrente del ordenador para desgranar los aspectos más relevantes, sin más objetivo que disfrutar y compartir. Pero también serían la escalada, la cocina, la pintura, la escritura o practicar yoga. Hay un sinfín de actividades susceptibles de convertirse en hobbies.

Los beneficios de los hobbies en nuestra salud han sido ampliamente estudiados, con efectos claros en nuestra presión arterial, en nuestra salud psicológica (con efectos terapéuticos en la depresión y la ansiedad) y con un efecto protector en la vejez tanto para la demencia como para el deterioro cognitivo. Y permiten ventajas inesperadas en nuestros hábitos y estilo de vida:

  1. Estructuran nuestro tiempo. El compromiso con la actividad suponen no sólo buscar un tiempo adecuado para hacerlo, sino que organizamos nuestra tarea laboral de manera más eficiente para terminar nuestras tareas y poder practicarlo.
  2. Promueven experiencias de flujo, donde las personas pueden perder la noción del tiempo al acompasarse la tarea a su capacidad cognitiva. Como resultado las personas podemos practicarlo por el reto constante que nos suponen y la inmersión absoluta con la tarea.
  3. Permiten el contacto con otras personas, tanto al pasar tiempo al practicarlo en grupo como por el interés que suscita en los otros. De repente tienes muchas afinidades con los demás y puede estar tiempo compartiendo experiencias y curiosidades con ellos.
  4. Nos ayudan a lidiar con el estrés diario. El practicarlos supone una desconexión de nuestros problemas y el ritmo tan estresante de nuestro trabajo; de pronto nuestros problemas no parecen tan grandes y nos ayudan a relativizarlos y adoptar perspectivas más adaptivas para solucionarlos.
  5. Los beneficios se extienden a otros aspectos y campos de tu vida, pues practicar hobbies contagia de entusiasmo y tranquilidad y ves en las actividades aspectos de ti reflejados que no ves en otros puntos. De repente te sientes bien por el mero hecho de hacerlo y las mejoras te llenan de orgullo y satisfacción.

¿Cómo podemos practicarlos? En primer lugar, hay que rebuscar en tus intereses y preferencias y buscara aquella actividad que te gustaría hacer para desconectar y mejorar. Es mejor elegir una sobre muchas pues garantiza su adhesión y su práctica, por lo que has de priorizar y dejar para más adelante otras actividades que supongan un coste y que impliquen demasiado tiempo, o que no veas posible por falta de un lugar y recursos para hacerlos. Es importante que veas factible su realización, y por ello es mejor concretar cuando y como vas a practicarlo. Por ejemplo, los martes, miércoles y viernes haré al salir de trabajo clases de tempera, una media hora cerca del trabajo. Y no te olvides de darte un pequeño premio extra por la practica en esos días que te has propuesto hacerlo: a veces romper con nuestro piloto automático es un esfuerzo consciente y hacernos un hueco para nosotros es motivo de orgullo. Y recuerda que un hobbies se hace habito cuando se repite en el tiempo; cuanto más se repita, más posibilidades hay de hacerlo en el futuro.

Todo ello sin perder de vista que lo realizamos por el mero hecho de hacerlo, aprendiendo de nosotros mismos, recargando energías, desvinculándonos de las presiones diarias para apreciar mejor nuestro tiempo y seguir aprendiendo cada día.

Escrito por David Blanco Castañeda.

Fuentes: Psych Central, Psychology Today, El País, Huffington Post.

¿Qué puedo hacer si mi hijo se aburre?

“Papá, mamá, me aburro”. Los padres y madres se sorprenden ante esta afirmación, pues observan estupefactos cómo sus hijos están rodeados de muchas más actividades, tecnologías y juegos de los que ellos dispusieron cuando eran niños, y sin embargo ellos/as no recuerdan haberse aburrido. El aburrimiento es una sensación que todos, en algún momento podemos y debemos experimentar. Es algo a lo que tu hijo/a necesita enfrentarse, algo que no podemos evitarles ni resolver por ellos, sino que debemos permitirles que lo hagan por sí mismos.

Extraída de revistaimagina.com
Extraída de revistaimagina.com

Es cierto que actualmente los niños/as viven en un mundo donde la gran mayoría de su tiempo está preprogramado y gestionado. Hay una gran estimulación muy estructurada y habitualmente la motivación tiende a ser extrínseca, es decir, de fuera hacia dentro. Cuando después de largo tiempo de actividad programada un niño se encuentra con puro “tiempo libre”, éste pierde un poco de atractivo.

Así que, si volvemos a la pregunta del principio, generalmente los padres y madres responden un tanto contrariados ¿cómo puede ser que estés aburrido? y prosiguen con una serie de sugerencias para paliar ese aburrimiento, como ¿qué tal si…? ¿Por qué no haces…? ¿Prefieres esto otro…?

Esto no parece que vaya a “resolver el problema”, pues lo que realmente están diciendo es que no saben no estar ocupados. Y esto se debe, muy probablemente, a que los niños simplemente no disponen de suficiente tiempo libre, y que por lo tanto no han podido aprender ni saben qué hacer con él cuando lo tienen. Añadido a esto está el que al vivir en un mundo sobreestructurado y repleto de actividades pre-programadas, el mensaje que les enviamos es que cuando aparecen ratos en los que no sabes qué hacer, es algo malo, pues es un tiempo perdido que podría ser invertido en hacer algo productivo.

¿Cómo podemos contrarrestar esto? En primer lugar, entender que no eres tú como padre o madre el que debe encontrar las alternativas al aburrimiento, ya que esto dará lugar a más aburrimiento; pues el aburrimiento es señal de que tu hijo/a necesita llegar a algo por sí mismo/a. El aburrimiento no es algo malo. Sino todo lo contrario, pues es una señal interna que nos informa de que anhelamos algo y necesitamos explorar a nuestro alrededor hasta encontrar aquello que nos satisface.

Así que tal vez, la próxima vez que tu hijo/a te diga que está aburrido/a, puedes probar a respirar, sonreír y decir algo como bueno, entiendo que puedas estar aburrido, es una buena oportunidad para disfrutar de tu tiempo libre y descubrir algo que sea divertido para ti. Por supuesto, esto funcionará mejor si aumentamos y mostramos el valor que tiene el tiempo libre. No olvides que tú también necesitas tiempo libre, el cómo lo concibes y lo que haces con tu propio ocio también será un modelo para tus hijos. Gracias a los momentos de aburrimiento descubrimos nuestras grandes pasiones, que nos acompañarán durante un largo tiempo en nuestra vida y serán fuente de bienestar, algo fundamental si deseamos el aprendizaje de un estilo de vida en el que se incluya el autocuidado.

 Fuente: Psychology Today

 Escrito por María Rueda