Si la semana pasada hablábamos de en qué podía afectarnos desarrollar una fatiga mental excesiva, esta vez acercamos algunas de las medidas que podemos tomar para reducirla o prevenirla.
La mayoría de los trabajos de oficina conllevan una alta fatiga mental, necesitamos estar atentos y ser productivos durante las horas de nuestra jornada laboral. Sin embargo, mantener un nivel alto en este sentido puede afectarnos en múltiples aspectos. Si queremos que esta incómoda fatiga mental disminuya podemos comenzar a cambiar nuestros hábitos, aunque es importante tener en cuenta que si ya la estamos sufriendo tardará un tiempo en reducirse, sin embargo, estos hábitos también pueden prevenirnos contra el desarrollo de esta fatiga y sus consecuencias.
Aumenta tu bienestar físico
Una alimentación saludable, una hidratación adecuada y buscar tiempo para el ejercicio nos permitirá prevenir este efecto de sentirnos fatigados. El equilibrio físico nos puede proporcionar un mayor descanso mental o facilitar que este se produzca. Si bien es cierto que, como comentamos antes, el ejercicio físico se hace mucho más complicado cuando nos sentimos fatigados mentalmente, al ponernos en marcha aunque sea con paseos de corta duración, o subir escaleras en lugar de coger el ascensor, se produce un alivio de este excesivo esfuerzo mental que estamos haciendo.
Maneja la atención que prestas a tus pensamientos
Anteriormente hemos comentado que la causa principal de esta fatiga mental tiene que ver con sostener la atención de forma prolongada en el tiempo. La mayoría de los trabajos requieren de esto, en muchas ocasiones sin los descansos necesarios. Aún más, cuando tenemos los descansos necesarios, en muchas ocasiones no somos capaces de desconectar. Muchas veces un pensamiento se convierte en repetitivo e involuntario y vuelve una y otra vez a nuestra mente. La atención que prestamos a este tipo de pensamientos es agotadora. Este tipo de pensamientos suelen ser todo lo contrario a constructivos y en muchas ocasiones tienen que ver con algo que estamos postergando. Cuando es así, lo más útil, aunque también muy complicado, es pasar a la acción y dejar de posponer. Otras veces simplemente tienen que ver con nuestros miedos o expectativas. Aunque parezca imposible, tenemos la opción de plantearnos que “ya pensaremos luego sobre ellos”. Al hacer esto, reducimos la carga mental y de este modo la fatiga mental se reducirá.
Comienza a poner límites
En nuestras relaciones personales muchas veces podemos acabar cargándonos de más actividades de las que podemos o queremos abarcar, de esta forma, los tiempos de descanso se convierten en obligaciones también y necesitamos poner en ellas demasiado esfuerzo cognitivo. A veces nos es difícil decir que no a todo lo que nos proponen las personas que nos rodean, muchas veces incluyendo en el entorno laboral. Aprender a limitar nuestras obligaciones tanto dentro como fuera del trabajo repercutirá en aumentar nuestra capacidad y, lo más importante, será preventivo para nuestra salud mental.
Conoce lo que te da felicidad
La forma de recuperarnos de la fatiga mental que se puede producir en nuestro día a día muchas veces tiene que ver con comprometernos con las cosas que nos producen alegría o felicidad. Es posible que muchas veces ni siquiera sepamos qué son esas cosas, así pues, en ocasiones hay que empezar por hacer listas de acciones que nos dan felicidad. Una vez tengamos alguna lista, por pequeña que sea, de este tipo de cosas, lo mejor para aliviar la fatiga mental es incorporarlas en nuestro día a día, elegir siempre que podamos aquello que se acerque más a las acciones que nos proporcionan alegría.
En el post de la semana pasada ya comentamos los efectos negativos que la fatiga mental puede causar sobre nuestro bienestar y nuestras capacidades en la vida cotidiana. Poniendo algunas medidas para prevenir o mejorar esta fatiga mental puede hacer que nuestro día a día sea más llevadero. ¡Es el momento de empezar a ponerlo en práctica!
Fuente: http://www.huffingtonpost.com/leslie-davenport
Escrito por Lara Pacheco Cuevas