Orgullo LGTBQ+: ¿Qué entendemos por Psicología Afirmativa?

 

Extraída de http://www.danielfryer.com
Extraída de http://www.danielfryer.co

Gracias al cambio y la renovación que ha vivido la sociedad en las últimas décadas, la celebración del Orgullo LGTBQ+ en el mundo y en España ha ido evolucionando a unas fechas de integración y aceptación de la diversidad de la sexualidad, la identidad y el género que nos hace a todos formar parte de una sociedad más equitativa, plural y tolerante. Que se haya posibilitado y validado cada una de estas realidades no quiere decir, sin embargo, que el impacto de un pasado y presente plagado de rechazo, discriminación y represión se haya evaporado. La verdadera aceptación surge cuando los efectos de pertenecer a una minoría no vaya asociados a la posibilidad de malestar psicológico, derivados de la no aceptación de tu orientación, la reacción discriminatoria de la sociedad en el reconocimiento de derechos y realidades y la disforia que surge por aceptar y vivir de acuerdo a tu sexo sentido. Por todo ello surge la Psicología Afirmativa con Diversidades Sexuales y de Género (TDSG)

La propia psicología actualizó y publicó hace unos años el trabajo que ha de hacer cualquier psicólogo con sus clientes LGTBQ+, entendiendo que era necesario adoptar un enfoque flexible y fluido en el trabajo de la orientación, la identidad y del género con terapias tradicionales y con los nuevos enfoques psicoterapéuticos. Impulsado por la propia Asociación de Psicología Americana (APA), se establecieron 21 directrices de trabajo psicoterapéutico, donde se reconoce los efectos de la opresión, el estrés y la discriminación y la necesidad de la psicología por sensibilizarse con las necesidades y dificultades que experimentan todas las personas del espectro LGTBQ+. Todas ellas reformuladas y derivadas de años de investigación LGTBQ+.

De esta forma, se aboga por derribar las teorías que privilegian la identidad de género con el sexo biológico y la heterosexualidad como modelo social que garantiza la aceptación social y el equilibrio psicológico y emocional. Las diferentes directrices defienden la importancia de desarrollar e interiorizar una actitud abierta e integrativa acerca de las cuestiones que rodean a la orientación sexual o la identidad de género, reconociéndolas como válidas, normativas y únicas. En efecto, la homosexualidad se considera una variante normal de la sexualidad, la transexualidad como el reconocimiento de la identidad con su sexo sentido y no con el sexo asignado al nacer,  esforzándose los profesionales de la salud por entender los efectos derivados de la no aceptación contextual o personal, sin confundir la identidad de género con atracción sexo afectiva y difundiendo la ineficacia y los efectos contraproducentes de las terapias que intentan un cambio en la orientación o la invalidación del sexo psicológico sentido.

Sus coordenadas de trabajo se basan en:

  1. Aceptación de la propia orientación sexoafectiva (homo y bisexual). Dicha aceptación tiene que ver el reconocimiento de la atracción, sentimientos y comportamientos que se tienen hacia personas de tu mismo sexo (hacia ambos, en el caso de reconocerte como bisexual), independiente de tus practicas sexuales. Como reconoce Gabriel J. Martín, uno de los máximos estudiosos y defensores de estos enfoques, “ser homosexual tiene que ver de quien te enamoras, no con quien te acuestas”. Todo ello relacionado también con la identidad, en la medida que te defines como tal al tener toda una serie de comportamientos y actitudes afines y se convierten en una expresión de tu personalidad y de tu idiosincrasia como persona.
  2. Construcción de la propia identidad. Es decir, reconocer y ayudar en el proceso identitario que supone ser homosexual, bisexual o transexual, aceptando su propia realidad y mundo emocional, derribando todo sentimiento de culpa o vergüenza, construyendo nuevas redes sociales incluyendo a personas dentro de la comunidad LGTBQ+ y facilitando la comunicación a las personas cercanas, como una expresión del fortalecimiento de los vínculos y la expresión de su autenticidad. Quererse es poder.
  3. Trabajo con la homofobia y la transfobia (expresa e interiorizada). Darse cuenta de los sentimientos de conflictos, hostilidad y ambivalencia que despierta la homosexualidad, la bisexualidad o la transexualidad, tanto en el rechazo de los propios sentimientos homosexuales (homofobia interiorizada) como en la hostilidad y el rechazo de comportamientos homosexuales de los demás (homofobia expresa), denigrando el estilo de vida homosexual como no saludable, reproduciendo los estereotipos sociales respecto a la homosexualidad y experimentado miedo en la revelación de la propia homosexualidad. Esto mismo se haría con las personas transexuales, ayudando además en la paliación de los efectos derivados de la disforía que se produce por el no reconocimiento de su sexo sentido.
  4. Abordaje del bullying y la discriminación homofóbica y transfóbica. Así, se reconoce el estrés y los efectos perjudiciales sufrido por años de estigmatización y discriminación por pertenecer a una minoría, con síntomas psicológicos que van desde la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático o el control de impulsos, y que la terapia ha de abordar y superar, con atención tanto a la persona como al entorno más cercano (familia, pareja, red social o el entorno laboral)
  5. Mejora de su inteligencia emocional y resiliencia personal, en un trabajo que repercute positivamente en su identidad, reconocimiento emocional, autoestima y desarrollo personal, con especial trabajo en la reivindicación de los derechos asertivos de cada uno, y la posibilidad de afrontar y defender situaciones de desvalorización sociale También en la profundización de la propia intimidad, con el reconocimiento de situaciones que tienen que ver desde el propio enamoramiento, hasta la proximidad física y emocional, la intimidad, la complicidad y el compromiso de construir un proyecto compartido con otra persona.

Todo esto en un esfuerzo para dotar a los psicólogos de herramientas para trabajar de una manera constructiva la realidad LGTBQ+ y mejorar la calidad de vida y el bienestar psicológico de sus clientes, en un esfuerzo integrativo y constructivo del trabajo psicoterapéutico.

Escrito por David Blanco Castañeda

 Fuentes:

 www.cop.es

Quiérete mucho maricón (2016). Gabriel, J. Martin.

Herramientas para combatir el mobbing homofóbico (2007). Lucas Platero y Emilio Gómez Ceto.

Orgullo LGTB: ¿se han dejado atrás los estereotipos?

Estos días se celebra en nuestras calles el llamado Orgullo LGTB (cuyas siglas incluyen las palabras “lesbiana”, “gay”, transexual” y “bisexual”), cuyo inicio lo marca el día 28 de junio, en conmemoración a los disturbios acaecidos en el Stonewall Inn en el verano del 69 y cuya rebelión supuso una de las mayores manifestaciones contra la persecución y represión de la época.

Si bien en la última década se han aprobado toda una serie de medidas para igualar en derechos a las parejas del mismo sexo, los prejuicios y actos discriminatorios todavía siguen siendo una realidad palpable con la que muchas personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales han de lidiar cotidianamente. Así, como recogieron dos estudios realizados por la COGAM y la FELGTB el año pasado, y a pesar de los avances en materia legislativa, la discriminación motivada por la orientación sexual de las víctimas está lejos de ser historia antigua para sus afectados. En el primero (1), realizado en su totalidad en centros  públicos de la Comunidad de Madrid, recoge como al menos un tercio de los encuestados opinan que los alumnos LGTB son discriminados de algún modo por sus compañeros, persistiendo actitudes y prejuicios en un cuarto de los encuestados. Los actos homófobos en los centros educativos también están presentes (en un 17, 84%), y ante una agresión, los comportamientos de sumarse a la agresión (2, 15%), reírse de los insultos (15,10%) o adoptar una actitud pasiva o de no decir nada (32, 05%) hacen enfatizar la importancia de políticas de educación preventivas para erradicar las posturas discriminatorias contra la población LGTB. Además, se deduce una importante conclusión de los hallazgos encontrados en el estudio; los alumnos que presentaban un mayor número de comportamientos homofóbicos contra sus compañeros percibían una menor aceptación de las personas LGTB en su entorno más cercano (léase familia y centro educativo), concluyéndose, como dice una autora del estudio, que “el grado de homofobia en el comportamiento es directamente proporcional a los prejuicios que le preceden”.

En el segundo estudio (2), y ya dirigido a un espectro de la población más amplio, la discriminación está todavía muy presente. Se ratifican resultados del anterior estudio (al menos un 76% de jóvenes dicen haber sufrido un acto discriminatorio por parte de sus compañeros), pero también en el ámbito laboral (casi un tercio de los encuestados) y en lugares públicos (un 44, 62%), coartando la libre expresión de sentimientos a sus respectivos compañeros sentimentales. Como dato positivo, ver como la población adulta sí que perciben en esos actos una injusticia, viéndose capaces de emitir una queja (en el trabajo, casi un 68%; en los sitios públicos, un tercio de los encuestados), que si bien no se sigue siempre con un cambio en la situación, sí  que se hay un afrontamiento de la situación discriminatoria.

De los datos deducimos que todavía persisten muchas actitudes altamente negativas hacia la población LGTB. Por ello, entendemos como primordiales políticas educativas que enfaticen la importancia de la diversidad sexual en las escuelas, que erradiquen comportamientos discriminatorios, además del desarrollo de conductas prosociales y altruistas hacia sus compañeros. Como bien defiende la Sociedad de Psicología Americana (APA), la desaparición de estas actitudes prejuiciosas se consigue gracias a la facilitación de información y la presentación de ejemplos reales  que desestiman los sesgos altamente reduccionistas de los que se llenan los estereotipos y prejuicios. Desde aquí queremos hacer un llamamiento al disfrute de las fiestas de esta semana, pero, sobre todo, enfatizando el poder de la tolerancia como forma de reivindicar las diversidad con la que estamos hechas las personas.

Escrito por David Blanco Castañeda

Fuentes: apa.org, COGAM.org, hufftington post.

Bibliografía consultada:

(1) Homofobia en las aulas, ¿Educamos en la diversidad? (2013)

(2) Estudio 2013 sobre la discriminación por orientación sexual y/o identidad de género en España.