Cómo el miedo al fracaso bloquea la toma de decisiones y la creatividad

Extraída de www.e-deaprendizaje.com (modificada)
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En mundo actual, marcado por el cambio y la incertidumbre, el desarrollo de competencias como la creatividad y la toma de decisiones se ha convertido en un aspecto clave para las personas.

Potenciar estas cualidades es fundamental, tanto a nivel individual como en el mundo empresarial, educativo y/o social. Sin embargo, uno de los mayores impedimentos para conseguirlo, es el miedo al fracaso. Fracasar o no conseguir los resultados esperados, puede desencadenar sentimientos de frustración, decepción y vergüenza. A su vez, puede generar pensamientos de auto-desprecio, y hacer que las personas experimenten mucho malestar y acaben retirándose sin conseguir la meta. Si para no experimentar todo ello, dejamos de hacer, decidir, intentar nuevas formas, nos estamos olvidando de que fallar es una de las formas más naturales de aprender. Si enfocamos el error como forma de poner en marcha una nueva conducta más aproximada al objetivo que pretendemos, nos estaremos encaminando hacia la consecución del éxito.

Catherine Tinsley, Jason Schloetzer and Matthew A. Cronin (2017) han querido demostrar que cuando las personas están en una organización cuya cultura empresarial asume la equivocación como parte del riesgo y anima a sus trabajadores a aprender del error y arriesgar, la confianza, productividad, autonomía y creatividad de los empleados aumenta. Para ello, han llevado a cabo numerosos experimentos. En uno de ellos, puesto en marcha en una gran compañía cuya fuerza de ventas operaba en varios países, seleccionaron aleatoriamente a un grupo de personas de cada país y les mostraron un vídeo corporativo de la empresa en el que se verbalizaba este contenido: “todos los que hemos triunfado también hemos sentido el escozor del fracaso. Las únicas personas que nunca fallan son las que no intentan nada lo suficientemente difícil. Los contratiempos, golpes, errores son parte normal del día a día en la jornada de cada uno de nosotros, tanto en los negocios como en la vida. Recuerda que lo importante es impulsarse a través del error”. Los resultados del experimento mostraron que tras la visualización las ventas de esas personas aumentaron un 22% sobre las que no recibieron el mensaje. Estos investigadores han hallado, en sus experimentos, que los trabajadores inmersos en culturas empresariales que admiten y aceptan el fracaso tienden a ser 17% más innovadores, 21% más arriesgados a la hora de afrontar retos y un 10% más autónomos en la resolución de problemas. La conclusión que ellos plantean es clara, “es necesario asumir la paradoja de que para triunfar hay que fracasar”.

Por ello, como empresarios, como trabajadores, como padres, como educadores o como personas de a pie, podríamos tener en cuenta los resultados de este experimento y aplicarlos. Extrapolarlos a todas las áreas de la vida y en todos los ciclos de la misma, con todo lo que ello conlleva. Y, concretamente en el ámbito de la educación, como profesores y padres, deberíamos alentar a nuestros hijos y alumnos a arriesgarse, a reformular el error como parte del riesgo y como oportunidad para aprender nuevas conductas más precisas y enfocadas al éxito. Y para ello, revertir la tendencia a la sobreprotección, dejar de ser toda la tipología de padres sobreprotectores que bien enumeró Carlos Manuel Sánchez (2016), tanto los buldozer (que allanan tanto el camino de sus hijos para que éstos no encuentren obstáculos) como los padres tigre (padres estrictos y con altas expectativas para los hijos sobre los que ejercen excesivo control). Hoy en día, más que nunca, necesitamos jóvenes que afronten retos y sean creativos.

Para conseguir todos estos objetivos, lo esencial es asumirlo a nivel personal, y cambiar nuestra visión de los errores, propios y ajenos, conformar un nuevo discurso más positivo y alejado del miedo y animarnos, cada día, a hacer algo de manera distinta y a ampliar nuestros horizontes y miras.

Escrito por Sara Reyero Serret

Fuentes:

  • Catherine Tinsley, Jason Schloetzer and Matthew A. Cronin (2016). In celebration of the F Word. The Georgetown University McDonough School of Business. Psychology Today.
  • Carlos Manuel Sánchez (2016). La sobreprotección de los padres, a examen: ¿quién dijo miedo? XL Semanal