Crecer manejando la ansiedad (II)

Como te contamos el post anterior, la ansiedad es un síntoma frecuente en la infancia y la adolescencia. Del 10 al 20 % de los niños en edad escolar experimentan este tipo de síntomas. Para ayudar a tu hijo o hija a manejarla, a continuación te damos nuevos consejos para añadirlos a tu mochila de recursos junto con los de la semana anterior.

Cuídate para que ellos se cuiden. Nuestros hijos nos imitan. Así que si enfrentamos nuestros miedos, nuestros hijos también lo harán. Si reservamos momentos para cuidarnos a nosotros mismos y nuestras necesidades, nuestros hijos lo aprenderán. Si somos capaces de extraer lo positivo, nuestros hijos también lo harán. Los niños aprenden observando el comportamiento de sus padres. Así que cuando se trata de pensar sobre el bienestar psicológico de tu hijo, piensa en el tuyo también.

Premia los comportamientos valientes. Si tu hijo se enfrenta a sus miedos, anímalo y recompénsale con un premio. Éste no tiene porqué ser material, recuerda que un abrazo y unas palabras agradables son el mejor regalo.

Ayúdales con una buena higiene del sueño. Establece unos horarios para ir a la cama y unas rutinas antes de dormir, tales como leer un cuento. Esto le ayudará a hacer una transición entre las actividades del día y la posición de reposo necesaria para conciliar el sueño.

Fomenta que exprese sus miedos. Si tu hijo te dice que está preocupado o asustado, no le digas “no lo estás” o “no seas cobarde”. Por el contrario, es recomendable que le des valor a la experiencia de tu hijo diciéndole “sí, parece que está asustado, ¿qué te preocupa?” y dialoga con él o ella acerca de sus emociones y miedos.

Ayúdale con la resolución de problemas. Una vez hayas validado las emociones y demostrado que entiendes lo que está sintiendo y hayas escuchado lo que tiene que decir, puedes ayudarle a solucionar los problemas. Esto no quiere decir que seas tú el que lo solucione. Significa ayudar a tu hijo a identificar posibles soluciones. Si tu hijo puede generarlas él sólo, estupendo. Si no es así, no pasa nada, puedes darle algunas ideas y que él o ella escoja la que piense que puede ser mejor.

Practica ejercicios de relajación con tus hijos. A veces algunos ejercicios muy básicos de relajación son útiles para ayudar a tu hijo a que reduzca su ansiedad. Coge sus manos y mirándoos a los ojos, respirad despacio profundamente a la vez. También puedes ayudarle a imaginar un sitio que sea agradable para él o ella, así con los ojos cerrados podéis pasear juntos por la playa o el bosque.

Fuente: Psychology Today

Escrito por: María Rueda Extremera

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