Durante los últimos 20 años, los neurocientíficos nos han mostrado un conjunto de imágenes de áreas cerebrales que se “iluminaban” cuando veíamos u oíamos, amábamos u odiábamos, planeábamos algo o actuábamos. Estos estudios han sido un primer paso muy importante. Pero también han sugerido una visión engañosamente sencilla sobre cómo funciona el cerebro. Estas imágenes asociaban una habilidad mental específica con áreas cerebrales concretas, de una manera más parecida a la frenología del siglo XIX, cuyo objetivo era asociar características psicológicas con la morfología del cráneo.
Mucha gente quiere entender la mente, no sólo el cerebro. ¿Por qué experimentamos y actuamos en el mundo como lo hacemos? Asociando una parte de la mente con una pequeña área del cerebro se hace muy complicado responder a esta pregunta. Después de todo sabemos que nuestras mentes son el resultado de aquello que ocurre de cuello para arriba. Pero nuevas técnicas están permitiendo a los investigadores observar la actividad del cerebro en su conjunto y a un mismo tiempo. La mayoría de las áreas cerebrales son “multitarea”; es decir, actúan en diferentes situaciones y acciones. El cerebro es dinámico.
Un reciente estudio publicado por un grupo de la Universidad de Berkeley, California, ilustra de forma interesante esta nueva visión. Usando una resonancia magnética funcional (fMRI), obtuvieron imágenes del cerebro mientras las personas veían fragmentos de vídeo de situaciones cotidianas de diferentes categorías (imágenes de personas, animales u objetos). Y constataron que la actividad cerebral era diferente según el tipo de material observado; es decir, el patrón de respuesta de la mayor parte de las áreas cerebrales cambiaba cuando se modificaba la categoría de las imágenes visionadas. El simple hecho de cambiar el foco de atención genera una activación cerebral diferente.
A menudo, las personas asumen que el conocimiento sobre el cerebro es todo lo que necesitamos para explicar cómo funciona la mente, así como que la neurociencia reemplazará la psicología. Sin embargo, estos nuevos estudios, que emplean imágenes más dinámicas del cerebro hacen a la psicología aún más crucial, ya que los investigadores sólo podrían explicar el complejo patrón de actividad cerebral de este estudio al relacionarlo con lo que sabían acerca de la categorización y la atención. Hallazgo como este nos reafirma en la idea de que el conocimiento se construye entre todas las disciplinas y que, como en otros campos, la neurociencia y la psicología no pueden vivir la una sin la otra.
Fuente: The Wall Street Journal
Escrito por: María Rueda Extremera