La utilización de la hipnosis por parte de algunos profesionales de la psicología, se viene realizando desde finales del siglo XIX, aunque asociada a enfoques más psicoanalíticos y sobre todo con el objetivo de conseguir “regresiones hipnóticas” a traumas pasados. La hipnosis se fundamenta en un método para provocar reacciones psicológicas y fisiológicas en la persona, e influir de alguna manera en las sensaciones y emociones, pensamientos o conductas mediante la inducción y sugestión hipnótica, que en la mayoría de las ocasiones se consigue usando procedimientos de inducción en relajación, aunque también existen procedimientos para inducir activación o alivio del dolor por ejemplo.
La aplicación actual de la hipnosis en el ámbito clínico ha obtenido resultados satisfactorios ante diferentes trastornos como la ansiedad, depresión, fobias, ataques de pánico, adicciones, o tratamiento del dolor entre otros.
En este sentido es importante aclarar, tal y como lo destacan algunos profesionales de la hipnosis en psicología como es el caso del catedrático de la Universidad de Valencia y doctor en psicología, Antonio Capafons, que la hipnosis no es una terapia en si misma por lo que no tiene sentido utilizarla como única intervención, sino que se debe considerar como una técnica más en terapia, y que se usará como complemento a otras técnicas en la aplicación de un determinado tratamiento, con el objetivo común de conseguir la mejoría del paciente. Conviene aclarar también que la hipnosis requiere del convencimiento de la persona sobre sus beneficios para que resulte realmente eficaz.
En adicciones por ejemplo, se ha utilizado la hipnosis en combinación con técnicas cognitivo-conductuales como la terapia de exposición en imaginación en situaciones relacionadas con la adicción. En este tipo de terapia, es muy importante la capacidad de imaginación del paciente, y la hipnosis se utiliza para provocar sensaciones de relajación, aumentar la implicación emocional del sujeto, y focalización de la atención ante sugestiones verbales que facilitan esos procesos de imaginación.
En problemas relacionados con la ansiedad, la hipnosis inducida con sugestiones de relajación y visualización de escenas agradables, puede ser utilizada por los pacientes para afrontar situaciones de ansiedad, de forma que se asocia la situación de relajación inducida por hipnosis a una palabra o escena relajante (campo, playa).
Aunque estas técnicas también se pueden utilizar sin la aplicación de la hipnosis, algunos trabajos han demostrado su mayor eficacia frente a su no utilización. Otros profesionales de la psicología defienden también que en la mayoría de los casos, con técnicas de relajación profunda, el estado de trance que se consigue con la hipnosis es muy similar al que se puede crear con la utilización de esas técnicas de relajación.
Es importante destacar que alrededor de la hipnosis, existen muchas creencias erróneas que han podido influir en su poca utilización entre los profesionales de la psicología, algunas de esas creencias han sido estudiadas por Capafons (1998), siendo las más destacadas el que la hipnosis pueda anular el control voluntario de la persona, que provoque reacciones inusuales o excepcionales no deseadas, que no se pueda salir del estado hipnótico, que pueda agravar patologías ya existentes, o que provoque una situación similar a la del sueño y se pierda la consciencia. En este estudio se desmienten estos mitos sobre la hipnosis, y se aclara que en todo caso que la hipnosis sigue las directrices de la psicología científica estando avalada por sociedades científicas y se enseña en universidades de muchos países.
También es importante destacar que la hipnosis no aumenta las capacidades físicas ni mentales, y que la mejoría que se pueda experimentar no es inmediata, ya que se consigue en un proceso que requiere un cierto esfuerzo por parte del propio paciente, no siendo muy adecuada para sujetos pasivos. Es un elemento clave la buena disposición del sujeto para la aplicación de la hipnosis y estar informado de todos esos mitos comentados anteriormente. Hay que explicarle que la hipnosis se utilizará para ayudarle, dando información natural y sincera de sus posibles beneficios El paciente debe mantenerse siempre activo e implicado en el tratamiento.
Otras circunstancias que han influido negativamente en la consideración de la hipnosis, han sido la utilización de la hipnosis en los medios como espectáculo, y la falta de concreción de los criterios exigidos para poder practicar la hipnosis, lo que ha contribuido al intrusismo profesional. Estas circunstancias han influido mucho en su desacreditación, pues en algunos casos podría llegar a tener una influencia negativa en la salud de los pacientes que acuden a estos mal llamados “profesionales”.
Por lo tanto la hipnosis en psicología clínica, se debe considerar como una técnica más a tener en cuenta, que requiere en todo caso de una formación específica y acreditada, y respecto a la cual se debe continuar realizando estudios de investigación para evaluar su eficacia ante determinados trastornos, al igual que ocurre con otras técnicas cognitivo-conductuales que han demostrado su eficacia ante múltiples problemas o trastornos.
Escrito por David Ramallo Beltrán.
Referencias:
CAPAFONS, A. (1998). Hipnosis clínica: una visión cognitivo-comportamental. Papeles del Psicólogo. Febrero, nº 69 (71-88).
MOLINA DEL PERAL, J.A. La hipnosis en la terapia cognitivo-conductual: aplicaciones en el campo de las adicciones. Adicciones 2001, vol. 13 nº 1 (31-38)
MONTGOMERY, G.H., y SCHNUR, J.B. (2004). Eficacia y aplicación de la hipnosis clínica. Papeles del psicólogo. Diciembre, nº 89.
ROBLES, L. ¿Qué puede hacer la hipnosis por la salud?. www.efesalud.com/noticias