La codependencia en las relaciones: cuando tus propias necesidades dejan de ser tu prioridad

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Inicialmente, en pareja todos tendemos a buscar un equilibrio entre las necesidades propias y las del otro, en un acuerdo tácito cuyo objetivo busca la convivencia y continuidad de nuestra relación. Sentimos que deseamos la compañía del otro, establecemos tiempos y actividades cotidianas conjuntas, compartimos nuestra intimidad y le colocamos en una de nuestras máximas prioridades, mejorando nuestro vínculo afectivo. Aprendemos la habilidad de ser nosotros mismos en el contexto de una relación de pareja, donde se atiende a las debilidades y se enfatiza las virtudes. No obstante, este ideal no es sencillo para todas las personas.

En ocasiones, hay personas que pueden experimentar una dificultad para mostrarse tal y como son en pareja. Sus características personales no les gustan y esto les hace centrarse en las del otro. Sus necesidades, por considerarlas menos importantes, pasan a ser un plano, y las del otro centran toda su atención. Sus decisiones comienzan a no ser propias, a estar condicionadas por las relaciones que establecen con los otros, restando su individualidad y su capacidad de autonomía. Estas personas son las que llamamos “codependientes”

La codependencia es un comportamiento que se define por la incapacidad de prestar atención a tus necesidades psicológicas, físicas y/o emocionales, generalmente en favor de las ajenas. Término en un principio acuñado para las conductas que pudiesen surgir entre una persona adicta y su pareja, se ha ido generalizando a todo tipo de relaciones y situaciones en las que los dos integrantes de una relación desigual están inmersos dentro de un vínculo de poder y control; en donde una parte suele ejercer el poder y garantizarse un sustento esencial mediante la otra, la co-dependiente, somete su bienestar al cuidado y satisfacción de los requerimientos del otro. Esto tiene grandes implicaciones para ambas partes, pero, sobre todo, denota un problema en la capacidad de solución de problemas de ambos, en la que las dos partes se necesitan por inhabilidad en una espiral de hostilidad y desequilibrio manifiesto.

Sin embargo, no quiere decir que la “codependencia” sea irreversible y pueda sufrir cambios positivos si ambas partes lo desean y son conscientes de su dinámica disfuncional, ante su carácter aprendido. Enfatizar la autonomía dentro de la relación  (hacer actividades fuera de ella o de manera individual sin la mediación del otro), trabajar en el desarrollo de las capacidades propias para satisfacer sus propias necesidades (tanto instrumentales como las emocionales), trabajar en la autoconfianza, valorización y en la capacidad  para responsabilizarse de nuestras acciones, entrenar a la pareja en habilidades de resolución de conflictos, aparte prestar atención a la expresión asertiva de nuestros sentimientos y emociones y/o la valoración de los esfuerzos mutuos, pueden suponer un cambio en la forma que tienen una pareja que presenta comportamientos semejantes.

Recuerda: el cuidado del otro en la pareja pasa por saber cuidarte a uno mismo. Como dijo Perls, “Tu eres tú y yo soy yo. Falta de amor a mi mismo, cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falta de amor a ti, cuando intento que seas como yo quiero. En vez de aceptarte como realmente eres. Tú eres tú y yo soy yo”. De eso consiste una pareja equilibrada.

Escrito por David Blanco Castañeda.

Fuente: www.psychcentral.com

Bibliografía consultada: Dependencia Emocional: Características y tratamiento. (2005) Castelló Blasco, Jorge. Editorial: Alianza Editorial.