Que los bebés lloran por muchas razones diferentes es un hecho, saber traducir por qué motivo lloran es una tarea compleja, para unos más que para otros.
En estudio reciente de la Universidad de Praga, a 333 adultos se les hizo escuchar vocalizaciones infantiles y se les pidió que indicaran qué creían que estaban haciendo esos bebés (de entre 5 y 10 meses). Las grabaciones correspondían tanto a eventos positivos como negativos. Los positivos se habían registrado en situaciones de juego, reencuentro con el cuidador principal (progenitores) o después de haber comido. En cuanto a los negativos, correspondían a dolor (al ponerle una vacuna), aislamiento (separación del cuidador) o hambre.
El grupo de investigadores encontraron que los adultos eran muy buenos distinguiendo entre las vocalizaciones producidas en eventos positivos frente a los negativos. Sin embargo, tenían muchas dificultades en identificar la causa específica o necesidad del bebé. Observaron que a menudo confundían el lloro por dolor con el de aislamiento, o el de aislamiento con el de hambre. Había diferencias entre aquellos que eran padres y los que no tenían hijos, siendo mejores los primeros. Además, no se encontraron diferencias entre hombres y mujeres.
Otro estudio proveniente de la Universidad de Oxford, estudió la discriminación de los padres y madres y observaron que la formación musical marcaba la diferencia a la hora de discriminar el grado de angustia en el llanto de los bebés. En general, los gritos más agudos indican una mayor angustia en los niños debido a que una mayor excitación genera mayor tensión en las cuerdas vocales.
El equipo de Oxford obtuvo 15 grabaciones de lloros de bebés y manipularon el sonido para que al reproducirlos sonaran más altos o más bajos. Estas manipulaciones en el tono de los gritos consistieron en pequeñas variaciones, no más de cuatro semitonos hacia arriba o hacia abajo. Las grabaciones se reproducían por pares y se les pedía a los oyentes que indicaran cuál de los dos sonaba más angustiado.
Los padres que habían recibido formación musical eran más precisos en la detección de angustia en el lloro que aquellos padres sin formación musical. Los que tenían formación musical eran mejores en detectar la tensión en las voces de los bebés.
Un estudio realizado por el mismo equipo de la Universidad de Oxford encontró que los individuos que estaban deprimidos y tenían formación musical también eran más precisos en discernir el grado de angustia en los gritos de los bebés que las personas deprimidas que no han recibido clases de música.
¿A qué se refieren con formación musical? En los estudios de la Universidad de Oxford se indica que esta diferencia en la capacidad para discriminar aparecía en aquellos oyentes con 4 o más años de formación. No eran músicos profesionales y esa formación corresponde a cuando eran jóvenes.
Por supuesto, esto no quiere decir que tener formación musical te convierte en mejor padre o madre, o que si no tienes esa formación no eres un padre o madre sensible. Estos estudios sólo hablan de que puede ser interesante entrenar a los futuros padres o madres para mejorar la discriminación del tono, especialmente aquellos cuidadores con depresión, para los cuales a menudo se hace muy complejo leer las señales emocionales.
Fuente: Psychology Today
Escrito por María Rueda