Si nos planteamos la vorágine de cosas que hacemos en el día a día; y miramos el calendario por estas fechas, no podemos no anticipar nuestras vacaciones. Llevamos meses esperando este momento, por todo lo que significa de ruptura con respecto a la rutina diaria. Y nos asalta una duda, ¿serán suficientes para oxigenarnos del estrés?. ¿Volveremos a casa y al trabajo realmente descansados?
Así, hemos recogido una serie de sencillas claves para sacar el máximo partido a nuestras vacaciones, de acuerdo a los estudios que han propuesto diversos autores sobre este tema y tras observar la efectividad del periodo vacacional para disminuir el estrés en nuestra salud física y psicológica. Las más importantes son:
– Coger cortos periodos de vacaciones (de entre 7 a 10 días de duración) y repartidos a lo largo del año que un único periodo largo en todo el año (de 10 días en delante de duración). Según los estudios, se encuentran los mismos efectos positivos en unas vacaciones de 8 días que en una de 15, si bien la probabilidad de sufrir el llamado “Síndrome Post-Vacional” (con síntomas de irritabilidad, fatiga y desmotivación) es mayor con un período largo de vacaciones.
– Realizar pequeñas y espontáneas escapadas de fin de semana, que signifiquen algo distinto a lo que habitualmente hacer y que impliquen cumplir metas, deseos e intenciones (sendas en la montaña, torneos de paintball o visita a parques temáticos)
– Retrasar una mañana la vuelta a la rutina una vez hayamos hecho el viaje de regreso al hogar. ¿Con qué?. Realizando actividades que se hicieron en las vacaciones y que puedas introducir en tu cotidianidad (leer el mismo libro que comenzaste en la playa; prepararte un delicioso desayuno como aquel que probaste en el hotel donde te hospedaste, hacer una rutina diaria de ejercicio como los paseos que hacías a orillas del mar…)
– Hacer algo intenso y diferente en los últimos días de tus vacaciones, sea cual sea la duración total de ellas. Esto responde a la idea de “the peak end rule”; propuesta por Kahneman y Redelmeier; efecto en donde se observa cómo nuestra memoria tiende a recordar y juzgar los acontecimientos según la novedad y la finalización de los mismos.
– Dejar fuera de las vacaciones aquellas cosas no imprescindibles y que te recuerden de algún modo a tu vida laboral cotidiana (la agenda, prendas que utilizas en tu lugar de trabajo, no mirar la bandeja de entrada de tu correo durante unos días…)
– Anticipar las escapadas a largo plazo y evitar una planificación excesiva de las mismas, teniendo en cuenta, por supuesto, el tipo de viaje que queramos confeccionar.
Así, en definitiva, los expertos coinciden en definir el rélax perfecto como algo regular, distinto y no demasiado largo…¿cómo definirías tus vacaciones ideales? ¿Se te ocurre alguna sugerencia para añadir a las propuestas en este artículo?.
Fuente: psycentral; la nación.com; about.com.
Escrito por David Blanco Castañeda