Cuántas horas pasas delante de un ordenador? ¿Y ojeando las redes sociales?. Sí, la cantidad de horas que pasamos con las nuevas tecnologías han aumentado exponencialmente en la última década y podemos decir que hay pocos contextos cotidianos donde los móviles o cualquier otro dispositivo con pantalla no esté presente. Hemos convertido las nuevas tecnologías en un hábito, y muchos de nuestros comportamientos están cambiando, incluyendo la forma en la que establecemos relaciones con los otros. Y por lo que parece, la forma en la que conocemos a otras personas e iniciamos una relación sentimental también, con consecuencias claras en la calidad y satisfacción en las relaciones. Pero, ¿de qué modo se está produciendo estos cambios?
A día de hoy abundan las páginas y aplicaciones que te conectan con otras personas con la rapidez de un click, ya sea para tener una cita o hacer alguna actividad juntos. Lo primero que llama la atención es no sólo la rapidez sino la cantidad de tiempo que pasamos pegados a una pantalla, disminuyendo el tiempo que pasamos realizando (otras) actividades con los demás, dificultando en muchas ocasiones la conexión de las personas en un contexto natural y cotidiano, afectando directamente a la cantidad, fluidez y calidez de las relaciones que establecemos. Esto hace que echemos mano de las redes incluso cuando estamos con ellas, perdiendo posibilidades de aprendizaje para comunicarnos mejor.
En esos contextos es muy frecuente que se dé una ilusión de abundancia, donde surge la falsa creencia de que todas esas personas que vemos en la aplicación están disponibles para nosotros, o son opciones disponibles. La realidad es que tal vez no estarían más interesadas en nosotros que si las conociéramos en una discoteca o en un concierto. Sin embargo, por esa idea de abundancia, las expectativas son muy altas (y la insatisfacción por si no se cumplen todavía más) y si la persona que conocemos en una primera cita no las cumple, es bastante probable que no volvamos a repetir con ella. A este patrón lo denominamos fast-food (de consumo), donde tendemos a comportarnos como agentes pasivos, buscando que la persona cumpla o no una serie de requisitos deseados personales, y si no los cumple, lo desechamos. Se quita importancia al hecho de convertirnos en colaboradores activos en la cita (compartiendo nuestros propios intereses, experiencias y estados internos) que realmente hacen más ricas las hace más ricas en detalles y te permite saber si la persona que está enfrente tuya es realmente una potencial pareja romántica.
Por otro, se da la paradoja de que estamos más conectados con otras personas por internet que nunca y a la vez haya muchas más personas con dificultades para crear intimidad y estén menos dispuestos a hacer un esfuerzo para crearla. De esta manera, la interacción es probable que sea mucho más impersonal, y pasemos de una relación a otra y dejándonos con la sensación de no poder vincularnos con los demás.
Ante este escenario, se hace necesario tener en cuenta algunas consideraciones previas para sobrevivir a la búsqueda del amor por internet sin desistir en el intento:
- Conoce tu propio valor. Define bien quién eres , lo que aportas a los otros y lo que quieres en una relación. Que el comportamiento de los demás no te haga creer que tienes menos valor por que te hayan desechado en alguna cita y busca aquellas personas y citas donde se prioricen valores, intereses y personas afines a ti y con cierto grado de compromiso.
- Conoce bien tus metas personales. Tener bien claro tus objetivos y lo que esperas en tu vida te ayudará a priorizar los contactos y las personas que te interesan y tomar mejores decisiones acerca de del tiempo que queremos pasar con ellas. Tanto si quieres una relación sentimental o encuentros esporádicos, te permitirá ir seleccionando lo que hacer y la manera de vivir estas primeras citas.
- Confía un poco más en tu intuición. La intuición tiene menos de espontáneo de lo que podría parecernos y es importante fijarnos en el trascurso de las primeras citas para saber si la persona que estamos conociendo posee el mismo sistema de valores que tú. Si empezamos a ver comportamientos diferentes a ellos, sonará la alarma y el comportamiento del otro nos chirriará cada vez más, determinando la continuidad de las citas en el tiempo.
- Adopta un papel activo. Pasa un tiempo aprendiendo del otro, si lo que hace te gusta, si te sientes atraído por su físico y por lo que dice, si hay gustos afines y te sientes a gusto compartiendo intimidades, tanto tus deseos como aquello que te da miedo. Es importante que te tengas consideración y que veas cómo te sientes en cada una de las situaciones, y se realmente eso te llena y te anima a repetir en una nueva cita. Pero eso solo se sabe si estás atento a lo que te dicen, que compartes lo que te gusta y lo que no. Ahí es cuando los flechazos ocurren, y es entonces cuando el amor funciona: profundizando.
Que la rapidez de las redes sociales no determine la forma en la que vas conociendo a los demás. Intenta seguir tu ritmo y darte tu tiempo para tomar tus propias decisiones (tanto si es para continuar como para decir un no). La tendencia en los nuevos tiempos con internet es el picoteo y pasar de una historia a otra, y si eso no es lo que más te interesa, baja el ritmo y ve despacio. No te garantizará siempre un final feliz, pero si un final feliz hasta encontrar algo verdaderamente interesante para que merezca ser tu pareja romántica.
Escrito por David Blanco Castañeda
Fuente: Psychology Today.