¿Qué sucede en la adolescencia?

¿Por qué muchos adultos sienten rechazo hacia los adolescentes? Si entramos en internet, cuando introducimos las palabras “los adolescentes son”, Google nos sugiere términos como “estúpidos, conflictivos o que son lo peor”. Es cierto que puede ser difícil educar a un adolescente, pero en lugar de demonizarlos vamos a tratar de dar un paso atrás e intentar entender qué está pasando. Como psicólogos, cuando trabajamos con adolescentes en un contexto de terapia, descubrimos quiénes son esas personas. Si nos damos la oportunidad de entender y considerar todo lo que ocurre dentro de un adolescente, como los cambios fisiológicos y sociales que deben enfrentar, creo que podríamos apreciarlos como personas y sorprendernos.

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Foto extraída de Pinterest

Las hormonas en revolución: Los cambios hormonales son fundamentales en la pubertad y pueden tener un impacto enorme en su cerebro y en su estado de ánimo. Incluso, el adulto más equilibrado vería comprometida su preciada estabilidad emocional si experimenta un aporte hormonal tan importante (por ejemplo, cuando un adulto se somete a un tratamiento de fertilidad puede explicar claramente cómo las hormonas le afectan a su estado de ánimo). Para los adolescentes, que también están haciendo frente a muchos otros cambios, este aluvión de hormonas puede ser muy impactante. Bajo estas circunstancias un poco de mal humor es comprensible.

Cerebro en desarrollo: Los estudios recientes demuestran que el cerebro adolescente aún está en construcción. El lóbulo frontal (la región del cerebro que se encarga de planificar y tomar decisiones) todavía no está completamente desarrollado mientras se atraviesa la adolescencia. Además, la dopamina, un neurotransmisor que tiene una importante participación en las vías de placer del cerebro, aumenta durante este período de desarrollo. Esta inmadurez del lóbulo frontal y el mayor impulso para experimentar el placer (resultante de los niveles más altos de dopamina) pueden explicar la impulsividad, la asunción de riesgos y la toma de decisiones de forma irracional que a menudo vemos en los adolescentes.

Cuerpos cambiantes: Durante la pubertad los cuerpos cambian rápidamente. Como resultado, los adolescentes son hiper-conscientes de su apariencia, especialmente en relación con sus compañeros. Una niña que desarrolla los pechos muy pronto o muy tarde, o un niño cuyo bigote no crece, puede sentirse avergonzado frente a sus compañeros. Más allá del impacto social, a los adolescentes les aparecerá pelo en lugares nuevos, sus voces sonarán diferentes, y empezarán a menstruar regularmente. Ya de por sí, estos cambios pueden abrumarles.

Cambios en el colegio: Dan el salto desde el colegio, con un maestro cercano, día estructurado, menos alumnos…, a un instituto, con varias clases y profesores con muchos más alumnos. Algunos adolescentes que están acostumbrados a hacerlo bien en un ambiente más estructurado, cercano y manejable, descubren que de repente su desempeño cae. Esta es una transición difícil que puede causar frustración e irritabilidad hasta que se adaptan. Además, durante este tiempo hay un aumento en la carga de trabajo escolar y exigencia en las asignaturas. Ese incremento en la dificultad, muchas veces también hace que los padres ya no puedan ayudar a sus hijos con el estudio. Esto puede llevar a que los adolescentes sientan que no tienen apoyo académico por parte de sus padres. También aparece una presión añadida, la nueva carga académica y el cambio de horarios dificulta el cuadrar las actividades extraescolares, muchas veces necesarias para que haya actividad física y desfogue. Todos estos factores dejan a los adolescentes pueden incrementar la fatiga y la ansiedad, lo cual dificulta el cumplimiento de sus responsabilidades.

Desarrollo emocional: Los adolescentes comienzan a confiar más en sus amigos y menos en sus padres. Si bien ésta es una parte normal e importante del desarrollo, muchos padres comienzan a sentirse rechazados o preocupados al respecto de la influencia que los amigos ejercen sobre sus hijos, lo que genera tensión dentro del hogar. Esta tensión puede facilitar el conflicto, lo que añade estrés a unos adolescentes que anhelan independencia y luchan por encontrar sus propia identidad e individualidad.

Es importante demostrar cierta compasión; los adolescentes pueden tener fama de malhumorados, insoportables y conflictivos, sin embargo, es importante recordar todos los cambios a los que se enfrentan para intentar no hacer un juicio rápido y concluir que “son lo peor”. Ser padres y madres de adolescentes no es para nada fácil. Si eres padre o madre de un adolescente, date un momento para respirar profundamente y recordar los cambios de los que hemos hablado. Intenta apoyarlos estableciendo límites claros, guiándolos en la planificación y toma de decisiones, sin olvidar proporcionarles siempre apoyo emocional. Trata de viajar en el tiempo y ponerte en su lugar, esto también puede serte útil cuando te enfrentas a sus vaivenes emocionales, facilitándote el trabajo de guiarles con seguridad a través de este, tan agotador y sorprendente, momento del desarrollo.

Fuente: Psychology Today

Escrito por María Rueda