Como es conocido, la depresión es un fenómeno complejo y devastador. La investigación científica invierte muchos medios en comprenderla así como en tratarla. Este mes, la revista Nature trata este tema en profundidad. Los abordajes terapéuticos para la depresión suele ser en primer lugar un tratamiento farmacológico, posteriormente uno psicológico, o bien ambos en combinación.
Los ensayos clínicos muestran que sólo con la intervención farmacológica se alcanza un 22-40% de restablecimiento de las personas que sufren depresión. Con psicoterapia, sin embargo, aunque nos queda un camino largo hasta alcanzar un alivio en la mayoría de los pacientes, en el meta-análisis publicado este año se encuentra que entre un 42 y un 66% de los pacientes dejan de mostrar síntomas depresivos tras la terapia.
¿Cómo actúa la psicoterapia en los casos de depresión?
La psicoterapia cognitiva toma la premisa de que una persona que padece depresión tendrá una forma de ver el mundo y a sí mismo poco ajustada, así como excesivamente negativa. En caso de que estos patrones de pensamiento lleguen a ser algo menos negativos, será probable que la depresión desaparezca. Basándose en esto, se ha tratado de comprender cómo los pensamientos negativos varían durante el proceso terapéutico.
Los terapeutas conocen bien que durante un proceso de este tipo, en ocasiones se producen saltos repentinos de mejora. La persona que está en terapia mejora de repente mucho más entre dos sesiones. Cuando se graban en vídeo las sesiones de terapia, se observa que en esos saltos la persona comienza a mostrar un pensamiento menos tajante y no tan negativo. En este mismo momento, los síntomas depresivos parecen aliviarse. Este patrón estaría indicando que, efectivamente, el cambio en la forma de pensar será un factor clave para la recuperación.
¿Qué cambios se dan en el cerebro de las personas que están en tratamiento para la depresión?
La investigación no sólo se basa en los factores que hacen que una persona se recupere, sino que también trata de analizar los cambios que se producen biológicamente en este proceso de cambio. De esta forma se ha podido observar que el cerebro de las personas que sufren depresión tiene dos características clave que lo diferencian de otra persona que no la padece. En concreto, se sabe que aparece un patrón de activación excesivo en la amígdala y en el sistema límbico, junto con un patrón de baja actividad en la corteza prefrontal.
La psicoterapia estaría haciendo énfasis en la reactivación de la corteza prefrontal, mejorándola con la intervención sobre el patrón de pensamiento. Esto será además útil para disminuir la hiperactivación en la amígdala. De hecho, se ha podido constatar mediante herramientas de neuroimagen que tras un proceso terapéutico de 14 semanas el patrón de activación se asemeja al de una persona que no padece depresión.
¿Se puede predecir quién se beneficiará del tratamiento?
Este tipo de investigación se encuentra en un punto bastante prematuro, puesto que, como ya hemos comentado, la depresión es un fenómeno altamente complejo y aunque cada vez sabemos más, aún no podemos comprender plenamente sus causas, o los factores que hacen que una persona se recupere. Actualmente, se trata de predecir si una persona obtendrá beneficios de diferentes tratamientos, incluyendo en estos la psicoterapia, de forma que no se lleven a cabo intervenciones ineficaces.
A este respecto, se ha encontrado una forma sorprendente de medir la activación cerebral, sin el uso de las modernas técnicas de neuroimagen, sino con un procedimiento mucho más sencillo: mediante la reacción de las pupilas oculares. Se encontró que entre las personas que padecen depresión hay un grupo en el que al presentar palabras de contenido emocional negativo, la reacción pupilar era escasa. Este grupo de personas tendrá una menor activación del córtex prefrontal y a su vez más probabilidades de que la terapia cognitivo conductual les beneficie.
La depresión, como cualquier otra circunstancia vital, cambia nuestro cerebro. Es un trastorno devastador, muy dañino tanto para la persona que lo padece como para su familia e incluso para el conjunto de la sociedad. Lo que demuestran sin embargo estos estudios es que las variaciones cerebrales pueden volver a su estado natural, así como el patrón de pensamiento convertirse en menos dañino. La intervención de la psicoterapia puede hacernos personas más adaptadas, más felices y puede, sobretodo, luchar contra algunos trastornos que paralizan nuestra vida.
Fuente: nature.com
Adler, A., Strunk, D., & Fazio, R. (2014). What Changes in Cognitive Therapy for Depression? An Examination of Cognitive Therapy Skills and Maladaptive Beliefs Behavior Therapy DOI: 10.1016/j.beth.2014.09.001
Anthes, E. (2014). Depression: A change of mind Nature, 515 (7526), 185-187 DOI: 10.1038/515185a
Escrito por Lara Pacheco Cuevas