Cómo sobrellevar el duelo en tiempos navideños

 

Extraída de www.ayudaenduelo-artmemori-com
Extraída de www.ayudaenduelo-artmemori-com

En nuestra sociedad, la Navidad es sinónimo de momentos afectivos y reencuentros con nuestros seres queridos, de celebraciones y regalos, de sonrisas y euforia regada al son del champán. Y sin embargo, puede ser también un tiempo lleno de contradicciones, sobre todo cuando en la vida de cada uno comienzan a sucederse las personas importantes. En ese momento, cuando hay ausencias claras de personas importantes, es cuando las heridas emocionales se reabren y podemos sentirnos vulnerables. 

El duelo se define como una reacción emocional intensa ante la constatación de la perdida de un vínculo afectivo significativo. Estas reacciones pueden experimentarse tras un fallecimiento, pero pueden sentirse cuando terminamos con una relación sentimental, una relación de amistad, o cuando nuestro referente afectivo no puede estar presente durante mucho tiempo (por ejemplo, una estancia larga al extranjero).

En ese sentido, las personas que sufren el duelo pueden estar meses (incluso años) con reacciones emocionales de diversa índole, dependiendo del significado que tenga la persona ausente para nosotros. Todos experimentamos el dolor por la perdida de alguna manera y no hay una manera adecuada de sentirlo, si bien todos coinciden en la necesidad de estar conectado con ello, expresarlo de alguna manera y permitirse un tiempo en que podemos funcionar de una forma diferente. De este modo, las fechas importantes (como cumpleaños y aniversarios) y la Navidad y las fiestas donde los seres queridos se reúnen, es donde podemos sentir esas punzadas de manera más intensa, sin que podamos decir que eso es signo de un duelo no superado. A esto se les llama “reacciones de aniversario”, y son parte misma del duelo y del proceso de mejora.

¿Hay claves para sobrellevarlo mejor en estas fechas? En nuestra sociedad todavía el dolor y la muerte es una asignatura pendiente y muchas veces se tiende a esconderlo como una forma de afrontamiento contraproducente. En estas fiestas, se tiende a pensar que la Navidad obliga a sentir unas emociones sobre otras y las personas evitan compartir lo que sienten por miedo a la reacción de los demás, por si no saben cómo reaccionar ante ellas.  De esta forma se pierden oportunidades únicas para hacer un manejo del duelo (y del dolor asociado) y comprender emociones que si bien son desagradables, son tan humanas y necesarias como la alegría y la felicidad. Se actúa como si no pasara nada y cuando las personas las sientes, tienden a aislarse para no molestar. ¿Hay mejores formas de hacerlo? Intentemos describir maneras alternativas de hacerlo:

  1. Establece límites para ti mismo. Sentir el dolor por nuestros seres queridos desgasta mucho por toda la energía y las emociones que sacamos fuera. Haz planes que busquen conservar la energía: la prioridad eres tú mismo y puedes decidir sobre qué planes decir sí y en cuáles decir NO. Anticipando tu comodidad y tu estado emocional. No hagas que las expectativas de los demás cambien o modifiquen tu idea de hacer las cosas. Necesitas tiempo para respirar, digerir y llorar.
  2. Planifica tu tiempo. La rutina y las labores cotidianas pueden darnos una estructura cuando nos sentimos entumecidos por nuestro propio dolor. Confía en la rutina e intenta balancear tu tiempo entre momentos de descanso con momentos de disfrute y conexión. Tu cuerpo lo agradecerá.
  3. Expresa las emociones. Elige a personas que saben escucharte para hablar de tus emociones. Da presencia a la persona fallecida, di su nombre. Habla de lo que hacia o pide que te cuentes historias. Lo que nos queda de los que se han ido son los recuerdos y hay de todos los tipos: hablar de ellos ayuda a integrarlos en tu vida y entender el significado que han tenido en nuestras vidas. Acaba estos momentos con muestras de afecto: esto permite conectarte con los demás y entender que las personas que están junto a nosotros pueden ayudarnos a superar el dolor.
  4. Crea nuevas tradiciones. Las ausencias modifican las reuniones con los demás y hacer como si nada no ayuda. Crea nuevos roles o haz que otros asuman los roles de la persona fallecida. Nombrando, haciendo pequeños actos simbólicos en su nombre y que todos juntos podáis celebrarlos. Ayuda a introducir a los que se han ido en nuestras vidas, llenando estos actos de ventilación conjunta y esperanza.
  5. No intentes reducir el dolor, el camino es la aceptación. Estar de duelo no significa estar triste permanentemente, sino de empezar a disfrutar de nuevo la vida sintiendo un vacío en tu interior. Reconocer lo que uno está sintiendo. Disfrutar de un día de celebración o de la Nochebuena a pesar del dolor permite entender que podemos afrontarlo y que la vida tiene mucho de muchas cosas. Que durante un tiempo nos tenemos que tomar las cosas con más calma, cuidarnos y esperar a recuperarnos. A no pedirnos más de lo necesario. A no fingir emociones que no sentimos: mostrar y expresar ayuda a que tú y los demás aprendamos progresivamente que es esto del duelo. Incluso en Navidad. Incluso en la mayor de las fiestas.
  6. No te aísles. El antídoto contra el dolor es la conexión: conexión con los demás y con el presente. Permite entender que lo que precisamente te hace bien es tu propia vida. No huyas de los demás, el cariño es precisamente una de las cosas que más necesitas. Elige a qué celebración y déjate llevar por la intuición: tal vez te lo pases mejor de lo que esperas.

En efecto, en esto del dolor no hay fórmulas mágicas y lo importante es respetarse a uno mism@, darse cancha, espacio y asumir que el ritmo adecuado es la calma y la bajada de revoluciones. Y dejarse llevar y disfrutar, no sintiéndose culpable por reír y querer el contacto y el afecto de los demás. Que es exactamente lo que hemos perdido y por eso es importante sentirlo. Y por eso en Navidad también.

Escrito por David Blanco Castañeda.

Fuente: PsychCentral, Psychology Today, El País Semanal, Pinerest.org, Health.Harvard.edu

Cinco consejos para combatir la ansiedad social estas navidades

Las personas que sufren ansiedad social, también llamada fobia social, sienten un miedo intenso a ser juzgados por los demás, además de una sensación muy alta de vergüenza al encontrarse en situaciones sociales. Quien sufre este problema, puede tener dificultades en situaciones cotidianas en las que es necesario relacionarse con otros; como el trabajo, escuela o universidad, así como otras situaciones de ocio como fiestas o celebraciones. Habitualmente, en estas situaciones, las personas con ansiedad social están hipervigilantes de su propio comportamiento y es fácil que piensen de sí mismos que el más mínimo gesto puede ser percibido por los otros como algo muy importante y que ha de ser juzgado muy negativamente por los demás.

Cuando nos acercamos a fechas como la de Navidad, las personas que sufren fobia social pueden comenzar pronto a pensar sobre lo difícil de las situaciones de celebración y que muchas veces implica reunión de cantidad de personas, a las que se ven obligados, pero en las que normalmente lo pasan con muchas dificultades.

Si eres una de esas personas, puede ser útil contar con algunas estrategias que pueden ayudar a afrontar estas situaciones en lugar de evitarlas o pasar un mal momento.

extraída de themighty.com
extraída de themighty.com

1. Prepárate

Ya que con mucha probabilidad vas a pasar tiempo anticipando todo lo malo que puede pasar en esta situación, quizá sea interesante que la preparación previa conste de algunas cosas positivas. Por ejemplo, puede ser útil practicar algún ejercicio de relajación o respiración, de forma que cuando estés en la situación ya hayas adquirido cierta práctica en esto y te sea más sencillo llevarlo a cabo.

Además, puede ser interesante que prepares algunos temas de conversación para la situaciones de interacción con otros. Una buena forma de sufrir menos ansiedad en las situaciones sociales es poner el foco en los otros, de modo que si logras preguntar por temas que fomenten que otros hablen de sí mismos es fácil liberarte un poco.

2. Ponte trabajo

Ya que gran parte del estrés derivado de la ansiedad social proviene de la vigilancia excesiva sobre la propia competencia social, puede resultar útil que en estas reuniones te pongas un trabajo que hacer. Puede ser ayudar en la preparación de la cena, servir las bebidas, ser el encargado de la música… Cualquier tarea puede ser buena si te ayuda a dejar de centrarte en cómo te estarán juzgando los demás. Además, está estudiado que el ayudar de forma altruista a otros, también reduce el propio nivel de estrés y aumenta la autoestima, así que ¡trata de ser de ayuda a quién puedas!

3. Convierte la ansiedad en excitación

En estos contextos de celebración, puede que sientas momentos puntuales de mayor ansiedad. En estos momentos puede ser útil decirte a ti mismo que esos nervios tienen más que ver con estar expectante a que algo ocurra que porque te sientes ansioso. Aunque parezca imposible, se ha estudiado que es más sencillo transformar la ansiedad en excitación que en calma, ya que se parecen mucho entre sí, aunque cada una de ellas tenga un tono positivo y negativo. Además, el simple hecho de etiquetar las sensaciones físicas con una atribución verbal distinta puede ayudar a codificarlas de otra forma y hacer de ellas algo más manejable.

4. Sé curioso

Una de las cosas que hacen que la ansiedad pueda convertirse en excitación es la curiosidad. Si logras buscar y descubrir detalles que puedan sorprenderte en la celebración, podrás lograr que la ansiedad se vea mermada. No sólo por esta posibilidad de transformar la ansiedad, sino también porque al tener actitud de curiosidad, los circuitos cerebrales implicados son muy diferentes a los que tienen relación con la ansiedad. Si tratas de ser curioso, pondrás en marcha las áreas cerebrales relacionadas con el refuerzo y la satisfacción. Puedes centrarte en saborear o notar las texturas de diferentes platos o en descubrir algo nuevo de alguno de los comensales.

5. Recuerda que siempre puedes tomarte un descanso

Si en un determinado momento la ansiedad termina por superarte, o simplemente te agotas, lo mejor que puedes hacer es permitirte dar un paso atrás. Una de las cosas más importantes cuando tienes ansiedad, es ser consciente de cuando es demasiado. Además, el esfuerzo invertido en estar en las celebraciones ya es suficiente, luego quizá no sea necesario que además seas el último en despedirte. Si en un momento dado necesitas salir de la situación e irte a casa, el resto de invitados podrán entender que necesitas también el descanso en estas situaciones.

Seguro que alguno de estos consejos puede serte útil en estas fechas en las que la ansiedad social puede ser muy dolorosa, porque aún así, no ha de impedirte disfrutar de la felicidad de las fiestas.

Fuente medicalnewstoday.com

Escrito por Lara Pacheco Cuevas

7 recomendaciones para elegir juguetes

Ya empiezan a llegar los catálogos de juguetes de las grandes almacenes e hipermercados a nuestros buzones y he de decir que es bastante desalentador hojear sus páginas. Es como si poco hubiera cambiado durante estos últimos 50 años. Los roles se han flexibilizado, las mujeres han ampliado considerablemente sus funciones en el ámbito laboral y la corresponsabilidad en el hogar va ganando terreno. Esto, que afortunadamente es una realidad creciente no parece haber llegado a estos catálogos de juguetes ni a muchas empresas dedicadas al diseño de juguetes. Me encuentro que los juguetes están perfectamente clasificados por un criterio en base a estereotipos de género. Parece que las niñas son rosas y deben bañar bebés, y los niños son los únicos que pueden hacer construcciones.

De acuerdo con quienes organizan la sección de juguetes en las grandes superficies, los niños se divierten exclusivamente con los juegos de acción, lucha y deportes, sin embargo, las niñas están centradas en su apariencia física y juegos poco movidos (muñecas, bebés, maquillaje…).

Los juegos de ciencia y de construcción tienen en sus cajas fotos de niños, mientras que las cocinitas van acompañadas de una niña. Los maletines de médicos todavía se comercializan para niños y los kits de enfermería para las niñas, a pesar de que actualmente más mujeres que hombres se gradúan en las facultades de medicina y cada vez más hombres se matriculan en enfermería. Parece que la realidad es más flexible que los catálogos.

Foto extraída de ArtThreat.net
Foto extraída de ArtThreat.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Lo que elegimos para nuestros hijos e hijas es algo a considerar, ya que puede que sea bueno construir un mundo en el que nuestras niñas sepan que está bien cultivar más habilidades que el cuidado y que nuestros niños sepan que está bien ser sensibles y cuidar a los bebés; si queremos fomentar la curiosidad científica en nuestras niñas y el aprecio por las artes en nuestros niños, ¿por qué el empaquetado, producción y promoción de los juguetes se hace en base a los estereotipos de género? Si queremos dar a nuestros hijos la oportunidad de descubrir quiénes son en lugar de lo que un estereotipo espera de ellos y ellas ¿por qué no les ofrecemos más opciones?
Ante estos cuestionamientos, puede ser interesante considerar las siguientes sugerencias:

1. Mostrar diversidad y alternativas. Está genial que los Reyes traigan a las niñas esa muñeca que quieren y a los niños el balón de fútbol, pero puede estar bien plantearse que alguna vez incluyan otros juguetes. Todos los niños y niñas deberían tener la oportunidad de tener un kit de herramientas de juguete para que puedan hacer que arreglan las cosas – y tener la idea de que tanto las mamás como los papás saben cómo utilizar un martillo. Asimismo, está bien que todos los niños y niñas puedan tener un muñeco al que cuidar.

2. Proporcionar oportunidades para el juego no enfatice los estereotipos de género. Cualquier maestro de escuela infantil podrá decir que tanto a los chicos como a las chicas les gusta jugar a las cocinitas. Las niñas, así como los niños están interesados en cavar en la caja de arena y jugar con pelotas. A todos los niños y niñas les gustan los coches de juguete e inventan historias con animales.

3. Añade música a sus vidas. Los instrumentos de juguete son una gran manera de introducira a los niños y niñas en la música antes de implicarse en el aprendizaje de un instrumento.

4. Proporcionar momentos y acceso a actividades creativas. Dar a los niños materiales artísticos apropiados a su  edad. Llevarlos ratitos a museos para que puedan acercarse al mundo del arte.

5. No olvides los kits de ciencia. Te reto a que encuentres a un niño o una niña a la que le fascinen los insectos. ¿A qué niño o niña no le gusta ver un volcán en miniatura estallar o un cohete despegar?

6. Libros. Libros. Libros. Sé que puede parecer un poco clásico, pero a los niños/as les gustan los libros. Llévalos a la biblioteca. Explora todos los temas. Intenta evitar la idea de que hay libros e historias diferenciadas para niños y para niñas. Una buena historia es una buena historia. Lo mismo ocurre con los videojuegos y juegos de ordenador apropiados para cada edad, la música y las películas. Es importante estar atento/a a los estereotipos de género también en estos ámbitos.

7. Correr, saltar y generalmente moverse es una parte natural de la infancia. Niñas y niños disfrutan mucho corriendo, persiguiéndose, lanzando un balón… Anima a tus hijos/as a probar diversas actividades y deportes, pronto encontrarán qué es lo que más les interesa.

¿Por qué es importante superar la idea de que ciertos juguetes son femeninos o masculinos? Porque el juego importa. El juego es el «trabajo» de la infancia. Los niños/as mientras juegan y disfrutan están ensayando los roles que desempeñarán como adultos; los mensajes que reciben se integran y conforman su identidad. Las investigaciones demuestran que los niños y niñas a los que se le anima a jugar con juguetes “no diferenciados por género” tienen un mejor desempeño académico, social, artístico y físico. Cuando los juguetes están limitados por género, limitan la imaginación y las metas propias del niño o la niña.

Fuente: Psych Central

Escrito por María Rueda

¿Te deprime o estresa la Navidad? – Algunos consejos para afrontar las fiestas

La Navidad es una época en la que se nos bombardea con mensajes sobre lo felices, ilusionados y esperanzados que debemos estar. La creación de este tipo de expectativas y su incumplimiento pueden dar lugar a sentimientos de inadecuación si no nos sentimos todo lo felices que “debemos”.

Además de esto, las navidades nos exigen mucho respecto a lo que debemos hacer en muy poco tiempo: acudir a fiestas, cocinar, limpiar, comprar, comer y beber… Por esto, además de un sentimiento de no estar lo suficientemente feliz, se le añade el estrés de todas estas exigencias; podemos sentir que no llegamos en tiempo o en economía para complacer a nuestros seres queridos.

Otro de los puntos clave por los que la navidad puede ser especialmente triste e incluso llevar a procesos depresivos es la falta de los seres queridos que un día sí celebraron estas fiestas con nosotros. Aunque los procesos de duelo puedan estar bastante resueltos, en estas fechas se puede acentuar la sensación de pérdida.

Si la navidad hace que nos sintamos deprimidos, estresados o solitarios, hay algunos consejos que podemos seguir para minimizar sus efectos.

Reconoce lo que sientes. Si echas de menos a alguna persona, o estás pasando por una situación difícil, permítete sentirte triste aunque los mensajes del exterior te propongan lo contrario.

Busca gente con quién estar. Si tu mayor problema es que te sientes solo en estas fechas, es posible que encuentres un grupo de personas que no pensabas que fuera la compañía esperada en estas fiestas, pero podría sorprenderte si estás abierto a nuevas oportunidades.

Sé realista. No todas las fiestas de todos los años han de ser perfectas. Las tradiciones y las familias varían con los años. Quizá las navidades pasadas parecen ser las mejores, pero si mantienes la mente abierta a nuevas formas de celebrar puedes descubrir grandes nuevos momentos.

Deja a un lado las diferencias. Trata de aceptar a los familiares y amigos que te rodean como son, aunque no cumplan tu ideal. Ponerte en su lugar o dejar las discusiones para otro momento puede ahorrarte mucho estrés, y además, ¿has pensado que puede que también ellos estén pasando por esa ansiedad y/o depresión navideñas?

Planifica. Crear una pequeña agenda para estos días hará que gestiones mejor el tiempo que se hace escaso. Añade en este plan momentos de descanso, para leer un buen libro, dar un paseo o escuchar música. Incluir estos momentos de relax te ayudará a aprovechar mejor los momentos de mayor actividad. Además, anticipar un presupuesto de los gastos de estos días te ahorrará sorpresas económicas que añadan presión.

Aprende a decir no. Tus compañeros y amigos entenderán que a veces no puedas comprometerte con todos los planes y actividades propuestos. En aquellos planes en los que tengas oportunidad de decir que no y te supongan un estrés añadido, cambia el plan por otras actividades de descanso en este periodo.

Entender la Navidad como una época de felicidad obligada es una tarea muy dura de cumplir. Quizá, además de las connotaciones religiosas, podamos darle el significado original del solsticio de invierno, en el que se da a entender que es la época en la que aprendemos que el sol volverá a aumentar su presencia. Que la primavera volverá. En la naturaleza, así como en nuestra vida, la tendencia es que haya cambios que puedan traer el bienestar de nuevo, aunque no sea obligatoriamente en navidad.

Fuentes: psychologytoday.com, webmd.com, mayoclinic.com

Escrito por Lara Pacheco Cuevas