Qué difícil es a veces creer en uno mismo. Uno de los valores fundamentales para garantizar una buena autoestima y relacionado con una mayor probabilidad de éxito en los proyectos que nos proponemos, confiar en uno mismo puede ser un camino arduo en una sociedad hiperexigente que demanda siempre de sus ciudadanos el máximo de su potencial, donde la vulnerabilidad, el error y tomarse un tiempo para recapacitar parece incompatible con el éxito en las metas personales.
Confiar en ti mismo significa tener la seguridad de que tus proyectos, tus retos e intereses tendrán un desempeño adecuado en muy diversas situaciones. Creer en tus propias capacidades. Es una cualidad que opera en los tres sistemas de respuesta (en nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones), íntimamente con la inteligencia emocional y tiene que ver tanto con la capacidad de movernos seguros en un entorno conocido junto con la capacidad de arriesgarse y asumir retos nuevos y hacerlos nuestros. Dicha confianza puede verse reforzada y reafirmada en función de las acciones y del éxito que emane de ellas. Es decir, que permite mayor seguridad a la hora de hacer las cosas pero que ese mismo éxito repercute en nuestra confianza. Por eso es tan importante en entrenarnos en confianza, no cejar en el intento e intentarlo una y muchas veces, para desarrollar tan deseada virtud.
Diversos estudios han demostrado variables que pueden influir en todo ello. Entre ellos, adoptar una pose de superhéroe (que ya nos hicimos eco en un post anterior), donde asumir e imitar una postura de atrevimiento y seguridad antes de hacer una tarea puede influenciarnos muy positivamente en su realización. De otro, una menor confianza en uno mismo se ha relacionado con unos padres rígidos y perfeccionistas, dispuestos a recordar lo que no se ha hecho y hacer énfasis más en el error que en éxito, pues las cosas sólo se hacen de una única forma (y no promueven la flexibilidad). La confianza en uno mismo está relacionada con la libertad y la independencia al hacer las cosas, el dejar probar a una persona y experimentar a través de sus intentos y de sus fallos. El demostrarle pese a todo, que él o ella puede, que no lee quitas el afecto después de un error, demuestras lo orgullos@ que estás hacia él/ella, que le recuerdas que ya lo ha hecho antes y que le incentivas la curiosidad y las ganas de hacerlo muchas veces. Estas ideas sí que promueven la confianza en uno mismo.
Por la importancia que supone para todos nosotros, volver a reconectar con tus pequeños éxitos diarios puede estar la clave para desarrollar y entrenar nuestra auto-confianza. El sintonizar con todas las cosas buenas que hacemos cada día y que nos hacen sentir muy bien. Y con todo, otros sencillos consejos para ayudarnos en la confianza:
- No te sientas seguro todo el tiempo. Aunque parezca contraintuitivo, el no estar pendiente a cada momento de nuestra propia seguridad permite relajarnos y cometer errores. Siempre habrá una nueva oportunidad para cambiar lo que hemos hecho mal y los errores se ven dentro de un camino hecho para progresar. Nos permite también adoptar y cultivar una perspectiva humilde ante la vida; la duda como garantía para progresar y aprender.
- Muestra compasión por tu self futuro. Las personas seguras de sí mismas intentan planificarse su tiempo y saben que el momento perfecto para hacer las cosas es el presente, no el futuro. No procastinan sus quehaceres. De esta manera no sólo están cuidándose en este momento, también en el futuro, donde no se reservan miles de tareas sin hacer que se han ido posponiendo a lo largo del tiempo.
- Sé capaz de autoevaluarse de manera realista y comprensiva. Las personas seguras de sí mismas no se encargan de multitud de proyectos por esa misma seguridad. Tienen muy claro sus límites y paran si saben que eso compromete su rendimiento y calidad. Esto les permite activar mecanismos de auto – cuidado cuando detectan sobrecarga o sufrimiento excesivo. El reconocer estas dos variables fomenta y entrena nuestra motivación y autocontrol, y permite asumir proyectos realizables y realistas.
- Reetiqueta tus fallos. Cambiar una palabra (“fracaso” por “oportunidad”, por “alternativa”, por “expectativa”) es harto difícil pero permite no centrarnos tanto en lo que salió mal y más en las alternativas para solucionar un problema concreto. En efecto, no se detienen tanto en la amenaza y no paran hasta moverse de una situación fallida a otra mucho mejor, donde lo anterior no se repite.
- Conoce tus puntos fuertes. Todos sabemos lo complicado que resulta no pensar en los fallos y centrarnos en las cosas que sí que salieron bien. Ahí están, y nos dan una perspectiva de nuestras habilidades, de todas esas ideas, intuiciones y reflexiones que contribuyeron a llevar una situación al éxito. Recoge todos esos comentarios de la gente positivos que te ayudaron a crecer. Fíate de tus propios gustos, recuerda cada tarea que comenzaste y que pareció como si no te despegaras de ella hasta que no la viste terminada. Las personas seguras de sí mismas la introducen en su propia ecuación para afrontar las cosas, y en efecto, las sacan su máximo partido.
- No asumas que los demás lo saben hacer mejor que tú. Una persona segura de sí misma no ve el éxito de los demás como una amenaza, sino más bien como modelos para saber la forma y el momento de hacer bien las cosas. Se centran en el éxito de los demás para aprender de ello y poder aplicarlo por sí mismo. Asumen que todo lo que han visto en las acciones de los demás pueden conseguirlo por sí mismos, y encuentran la forma de comenzar a hacerlo.
- Recuerda tus metas y valores. Las personas de sí mismas tienen claro sus objetivos y metas, sabiendo que todos los obstáculos y los socavones en el camino son parte de un bien mayor. Su perseverancia, motivación y entusiasmo vienen justificados en la medida en que ven posibles sus metas realizables, no perdiéndolas de vista y manteniendo su trayectoria en todo momento.
Como todo, se basa sencillamente en intentarlo, en darte aliento, en recordarte un poquito cada día que puedes hacerlo y que tendrás muchas ocasiones para perfeccionar tus talentos y mejorar en tus puntos flacos. Seguro que todxs podemos intentarlo y sentirnos un poquito mejor con lo que hacemos y reflejamos en nuestro espejo.
Escrito por David Blanco Castañeda.
Fuentes: Huffington Post, Psych Central, Diario El País.