Comprender a tu hijo es tan importante como quererle y amarle. Al igual que hay muchas parejas, que pese a quererse, se separan porque nunca se han sentido comprendidos el uno por el otro, hay muchos niños y adolescentes que se sienten amados, pero no entendidos.
Validar los sentimientos de tus hijos les ayudará a sentirse comprendidos. Esto significa aparcar por un momento tu ego y gran deseo de echarles el sermón. Validar los sentimientos de tu hijo también significa no juzgarle, sino simplemente reconocer sus sentimientos. Esto requiere gran concentración y disciplina como padres. El mejor ejemplo de disciplina que puedes darle a tu hijo tiene que ver con tu propia auto-disciplina para ser paciente, comprensivo y cariñoso, y más especialmente cuando tu hijo no está actuando precisamente de forma adorable. Contrariamente a lo que muchos padres frustrados pueden pensar, sobre todo durante los estresantes momentos de conflicto, la validación de los sentimientos no implica tolerar malas decisiones o ceder a la conducta desafiante.
Validar significa transmitirle a tu hijo un mensaje muy importante, que «sus sentimientos tienen sentido”. No sólo le das permiso para sentir lo que siente, sino que recoges y aceptas sus emociones de una manera no crítica. Validar a tu hijo expresa una gran empatía. Esto ayudará a construir su autoestima y reducir su comportamiento desafiante, que es a menudo la forma que tienen los niños de expresar que no se sienten entendidos. A continuación te sugerimos algunas formas de validar los sentimientos de tu hijo:
- Comunícale tu intención de escuchar sin juzgar o culpar, e insístete a ti mismo si ves que te desvías de la deseada actitud empática.
- Sé sensible a, y reconoce, lo difícil e incluso vergonzoso que es ser «diferente» cuando él o ella quiere ser como todos los demás.
- Reconoce sus problemas y entiende que son importantes. Muchos niños y adolescentes expresan que en repetidas ocasiones sus padres minimizan, ridiculizan y obvian sus luchas y problemas.
- Reflexiona sobre cómo se siente de mal cuando experimenta como si las paredes le comprimieran y lo abrumador que es cuando sus emociones parecen escaparse a su control.
- Comprende cómo la vergüenza (a menudo imperceptible para los padres frustrados) puede influir en cómo se comporta el niño, aun lamentándolo más adelante.
Es importante recordar que si los niños se sienten validados, estarán en mejores condiciones para escucharte y cambiar sus propios comportamientos. Sé consciente de lo importante que es, no sólo para tu hijo, sino también para vuestra relación. La validación es crucial para la construcción de su autoestima a lo largo de su infancia y adolescencia, lo que promoverá una sólida salud emocional.
Fuente: Psychology Today
Escrito por María Rueda