Vivimos en una sociedad donde los mayores conforman una gran parte de la población. Por ello es nuestro deber, dar cabida y garantizar un envejecimiento activo y la mejor calidad de vida posible. El año 2012 ha sido declarado Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional. Como decía Ingmar Bergman “Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”.
Hoy en día se han ido creando una serie de prejuicios y estereotipos entorno a la vejez (que están enfermos, que ya no pueden hacer las tareas que desempeñaban antes, que son una carga…). En ocasiones, infantilizamos a nuestros mayores, cada vez más en nuestra sociedad, les adjudicamos un papel mucho más pasivo que el que les corresponde. Sin embargo, el funcionamiento psicológico no puede entenderse isomórficamente (en forma paralela y simétrica) al funcionamiento biológico.
A lo largo de nuestro ciclo vital, hay ciertas características físicas y cognitivas que pueden verse afectadas por la edad (movilidad, visión, audición, atención, planificación, memoria de trabajo…).Parece que está claro que en aquellos aspectos del funcionamiento psicológico que tienen una importante base biológica (por ejemplo, la velocidad de procesamiento o la inteligencia fluida) se produce un declive, mientras que otras funciones intelectuales (ligadas a la transmisión cultural) no se declinan e incluso se incrementan. Sin embargo ¿qué es lo que se puede considerar envejecimiento normal y envejecimiento anormal?¿cómo sé si los problemas que presento yo o mi familiar son propios de la edad, o pueden deberse a un proceso patológico?
En Cenit Psicólogos queremos dar cobertura a todas estas preguntas, ofreciendo una evaluación exhaustiva y pormenorizada de las funciones psicológicas superiores (lenguaje, atención, memoria, razonamiento, reconocimiento, praxias…), además de compensar ciertas funciones intelectuales mediante entrenamiento cognitivo.