A lo largo del crecimiento, en sus diferentes etapas y edades, los niños y adolescentes pueden presentar dificultades de atención, memoria, percepción, entre otras, que obstaculicen su correcto desarrollo cognitivo, conductual y emocional. Por tanto, el enfoque neuropsicológico busca intervenir en aquellas funciones cuya afectación pudiera estar comprometiendo el aprendizaje y normal funcionamiento académico y/o social del niño o el adolescente. Puede consultar las tarifas tanto de evaluación como de intervención de Cenit Psicólogos en nuestra página.

La intervención neuropsicológica con niños y adolescentes parte de una evaluación exhaustiva que determina cuáles de estas funciones pudieran estar afectadas y cual o cuales podrían ser las consecuencias en cada una de las áreas de la vida del niño o el adolescente. De este estudio se desprenden los puntos débiles, o dificultades específicas, en las que se deben intervenir, y los puntos fuertes,  sobre los que podremos apoyarnos para facilitar la adaptación y el progreso. Este trabajo se lleva a cabo, principalmente, a través de la realización de ejercicios y actividades, estructuración del ambiente,  así como elaboración de pautas efectivas para el niño o adolescente, padres y profesores.

Este abordaje es recomendable en la evaluación y tratamiento de diversas problemáticas que se presentan en la edad infantil y adolescente:

Dificultades y trastornos de aprendizaje: En los primeros años de educación primaria, las nuevas exigencias pueden poner de manifiesto problemas en la adquisición de estos nuevos conocimientos. Es importante determinar qué es lo que está dificultando el normal aprendizaje, con el objetivo de prevenir el retraso escolar. Dentro de los problemas de aprendizaje, podemos encontrar la dislexia (que afecta a la capacidad para identificar letras y palabras, implicando una dificultad en el aprendizaje de la lectura), la disgrafia (definida por la presencia de dificultades con la escritura, expresadas a través del intercambio de letras, unión de palabras, etc.) y la discalculia (que implica dificultades con la escritura de números, adquisición del manejo de las operaciones, etc.)

Más adelante, podemos encontrar problemas en el ámbito académico cuyo correcto abordaje podría contribuir a la prevención del fracaso escolar. Es importante determinar si esta problemática es resultado de alguno de los problemas de aprendizaje antes expuestos, si se debe  más bien a problemas de atención, de memoria…, o a la ausencia de un correcto hábito y planificación del estudio, cuya intervención versaría en facilitar y dotar al niño o adolescente de habilidades, herramientas y técnicas para este fin.

Problemas de atención: La atención es un proceso fundamental para el procesamiento de la información, cuya afectación dificulta notablemente diversas áreas directa o indirectamente. Los niños y adolescentes con problemas de atención suelen distraerse fácilmente con cualquier estímulo poco relevante y muestran dificultad para concentrarse en una actividad, aunque ésta sea lúdica. Es importante realizar una evaluación exhaustiva que permita determinar si nos encontramos ante un diagnóstico de un Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA-H). Existen tres subtipos dentro de este trastorno dependiendo del predominio de la inatención o de la hiperactividad-impulsividad: subtipo inatento, subtipo impulsivo-hiperactivo o subtipo combinado. En el primero, la persistente incapacidad para mantener la atención sería su rasgo fundamental. La hiperactividad (caracterizada por excesiva inquietud motora, dificultad para mantenerse sentado aunque la situación lo exija, dificultad para realizar juegos tranquilos…), e impulsividad (interrumpir  a los otros, dificultad para guardar su turno…), serían  las características predominantes en el subtipo hiperactivo-impulsivo, siendo el subtipo combinado el que presentaría un conjunto tanto de conductas hiperactivas-impulsivas como de características de inatención.

Dificultades derivadas de condiciones neurológicas: asociados a diferentes condiciones neurológicas tales como el daño cerebral adquirido y la epilepsia, aparecen problemas perceptivos, de memoria, atención, lenguaje, funciones ejecutivas (aquellas que dirigen, planifican y organizan la conducta), problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje, cuyo abordaje desde la neuropsicología pueden facilitar la adaptación y progreso del niño o el adolescente.