La magia nos fascina. Desde largo tiempo, los ilusionistas dedican su vida a contradecir nuestras expectativas de la realidad. Los trucos que los magos llevan a cabo se basan en el conocimiento de lo que los científicos llaman “eficiencia cognitiva”.
Este concepto se basa en la capacidad de nuestro cerebro para seleccionar los estímulos que son importantes para nosotros , como medida de “ahorro” en nuestro procesamiento del mundo. Así, al ser nuestra capacidad atencional limitada, los magos saben dirigirla hacia donde no está ocurriendo el truco para, de esta forma, sorprendernos al final. Esto, junto con varias ilusiones perceptivas, hace que la magia sea tan especial.
En este vídeo podrás comprobar cómo dirigimos nuestra atención y eso cambia nuestra percepción del mundo:
http://youtu.be/F0paA3gsA1s
Las ilusiones perceptivas, en resumen, se producen porque nuestro cerebro está muy adaptado a percibir el mundo de la forma más útil posible. Tendemos a unir puntos en el espacio para ver una forma cerrada, como sugiere que veamos un triángulo cuando percibimos tres esquinas en el espacio. Tendemos a ver movimiento cuando se hacen visibles varios puntos separados en el espacio siguiendo un patrón temporal.
Actualmente, estas características de los trucos de magia han despertado no sólo la sorpresa de los espectadores sino la curiosidad de la neurociencia cognitiva. En esencia, lo que esta disciplina nos dice de cómo funcionan los trucos de magia es claro. Los movimientos, la dirección de los ojos del mago, la ocupación de nuestra mente con otros contenidos complejos, el uso de ilusiones cómo las anteriormente comentadas…
Incluso a nivel cerebral, se han hecho algunos estudios de imagen sobre cómo percibimos un truco de magia. El mecanismo que funciona en esencia ante esto es una activación de la corteza dorsolateral prefrontal, más acentuada el hemisferio izquierdo. Básicamente, estas activaciones se atribuyen a la violación de la causalidad. Desde que nacemos observamos los hecho del mundo para poder predecir lo que va a ocurrir después. Básicamente la magia nos dice que lo que estamos viendo es imposible; de hecho, las activaciones cerebrales que se documentan en diversos estudios se relacionan con lo que pasa en nuestro cerebro cuando escuchamos afirmaciones falsas, que contradicen nuestras creencias.
La magia puede contarnos mucho sobre cómo percibimos el mundo y puede suponer una herramienta útil sobre los mecanismos que hacen que los trucos provoquen tanta sorpresa en nosotros. La psicología cognitiva puede desvelar y explicar los trucos, sin embargo, lo que verdaderamente nos gusta de la magia es mantener la expectación y no revelar el secreto, así que “shhh… ¡disfruten del espectáculo!”
Fuentes: “Imaging the impossible: An fMRI study of impossible causal relationships in magic tricks” (Parris, B, et al. 2009), Discovery News, lainformacion.com
Escrito por Lara Pacheco Cuevas