Comunicación No Verbal: 8 Signos corporales que comunican mucho más de lo que pensamos

Extraída de www.guíainfantil.com
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Poder comunicarse (y comunicarse bien) es uno de los pilares fundamentales de nuestra complejidad como especie. Buena parte de nuestra educación está basada en dotarnos de la capacidad para realizar un correcto análisis de los componentes lingüísticos del lenguaje; de su correcta interpretación, en efecto, se trasluce buena parte de nuestra conducta cotidiana. Sin embargo, poco nos han hablado del lenguaje no verbal (aquel componente que hace referencia a los gestos, postura, lenguaje corporal y contacto visual) que acompaña al contenido hablado y  cuya interpretación resulta determinante para comprender adecuadamente el mensaje en una comunicación cara a cara. Tanto es así que para denominar una comunicación como exitosa es necesario tener en cuenta todos los elementos, de manera que la persona que emite el mensaje pone en marcha toda una serie de recursos para facilitar (o dificultar en otras circunstancias) la transmisión del mensaje, ayudando la asimilación del mensaje al receptor que escucha el mensaje. Por ello, os vamos a facilitar una serie de signos que pueden ayudaros a esclarecer el verdadero significado de los mensajes que recibís en toda comunicación cara a cara.

  1. Dilatación de la Pupila. La dilatación de la pupila se ha considerado tradicionalmente como un inequívoco fundamental de la persona hacia la persona por la que nos está hablando; a más dilatación, mayor interés se muestra hacia el mensaje y mayor atracción reflejas hacia el emisor del mensaje. El uso de la Belladonna puede explicarse por esto mismo.
  2. La sonrisa de Duchenne. Esta denominación hace referencia a un tipo de risa “genuina” y “espontanea”, manifestada en los momentos de máxima felicidad, donde se dibujan en los extremos de los ojos las llamadas “patas de gallo”. Dicho indicadores provocan un contagio emocional en quién lo recibe, provocando una interacción cargada de alegría y buenos sentimientos. La no aparición de estas líneas de expresión en los ojos, por el contrario, puede indicar una sonrisa falsa, más determinada por la presión del momento que el reflejo del verdadero estado emocional del interlocutor.
  3. Cejas “Flash”: El arqueo rápido de una ceja (y su rápida vuelta a su estado inicial) indican interés por parte de la persona que hace dichos movimientos. Así, es común este movimiento cuando reconocemos a una persona entre la multitud o bien cuando queremos flirtear; nuestro foco de atención se centra en esa persona y con ese gesto se lo hacemos saber.
  4. La Invasión de nuestro espacio Personal. Todos nosotros tenemos una burbuja que indica el espacio que necesitamos para movernos por el mundo. Aunque depende de la cultura, la invasión de ese espacio individual provoca una reacción de activación. La reacción emocional subsiguiente depende del tipo de relación que tengamos con aquella persona que nos ha “invadido”. Si es cercana, respondemos positivamente. Esta es la razón de porqué cuando se nos acerca un extraño, nuestra reacción tiende a la defensa y la protección; la incomodidad que sentimos en los ascensores de los grandes edificios también estaría determinada por esta curiosa y necesaria reacción.
  5. Mirada de Gacela. Similar conclusión podemos extraer del contacto visual directo; cuanto mayor interés, mayor contacto visual a la persona que nos interesa…si tenemos una expectativa romántica hacia la persona o buena relación con ella. Si nos resulta extraña o amenazante, que nos hagan un contacto visual directo nos intranquiliza y nos pone muy nerviosos, tendiendo a alejarnos rápidamente de ello.
  6. Un simple toque puede despertar toda una serie de reacciones inesperadas en quien lo realiza, muy determinada en el tipo de contexto en el que lo realicemos. Un toque en una situación de ayuda puede ayudar a que el consejo puede resultar más creíble o adecuado; con una persona con la cual nos sentimos atraídos sexualmente, puede ser la chispa para iniciar acercamientos afectivos hacia la persona.
  7. Comúnmente, un suspiro puede estar asociado a toda una serie de reacciones con una determinada gama emocional (tristeza, nostalgia, aprecio, aflicción…)…sin embargo, el suspiro marca una acción más básica que es llamar la atención del interlocutor. Escuchar un suspiro viene seguido de un sentido, “¿Qué te pasa?”, tan necesario para la persona que emite ese suspiro.
  8. Encogerse de hombros. Aunque muchas veces se ha asociado con una reacción para marcar una incomprensión por parte de quien la emite, se ha visto relacionado también con la intención de desarmar a la gente, en un mensaje directo de “¿y qué me cuentas…?” suficiente que para quien te pregunte (o te increpe) no sepa cómo seguir su intervención.

Entender el contenido no verbal de la comunicación puede ayudarnos a prestar credibilidad a la conversación que estamos escuchando, pero, sobre todo, nos ayuda a entender los estados emocionales que no siempre queremos mostrar y que con estos indicadores se dejan al descubierto…si queréis ser buenos comunicadores, ¡a fijarse bien en los otros!

Escrito por David Blanco Castañeda

Fuente: Psychology today.