Tan-Tan, la evidencia de Broca

A mediados del siglo XIX, la comunidad científica se encontraba inmersa en el debate sobre la localización cerebral del lenguaje. En esta misma época, el neurólogo Paul Broca tenía a su cargo al Sr. Leborgne, un paciente apodado “Tan-Tan”, debido a que ésta era la única sílaba que podía emitir. A su muerte, el 17 de abril de 1861, el Dr. Broca realizó la autopsia y pudo observar una malformación en el lóbulo frontal izquierdo; concluyendo que ésta debía ser el área encargada de la producción del habla.

Dicho hallazgo ha sido considerado como clave en la historia de las neurociencias, y se convirtió en la evidencia dispensable para persuadir a la comunidad científica de la localización de dicha función. Actualmente conocemos a esta región cerebral como “área de Broca”, y a los problema de producción de lenguaje como “afasia de Broca” en homenaje a la más que relevante aportación. Además, gracias a la evidencia de la lesión en el cerebro de Leborgne, los académicos repararon en la importancia que la corteza cerebral tiene en las funciones mentales, puesto que anteriormente se había creído que éstas se localizaban únicamente en áreas más profundas del encéfalo, y que el córtex poseía una función únicamente vascular.

A diferencia de lo que ocurre con otros casos relevantes en la neuropsicología, del paciente Leborgne se preservó cuidadosamente su cerebro para la posteridad, siendo conservado actualmente en el Museo Dupuytren de París. Ésto ha permitido realizar un estudio más profundo del que llevara en su día el doctor Broca, con técnicas modernas de las que él no disponía, facilitando concretar la ubicación detallada de la lesión. De estos estudios más recientes sabemos que el daño en el lóbulo frontal del cerebro de Leborgne era más extensa y profunda de lo que Broca estableció en su examen.

Hoy en día sabemos de la importancia de ésta y otras áreas en los procesos de lenguaje, aun así la concepción que poseemos del funcionamiento cerebral va más allá del puro localizacionismo, apuntando hacia las redes y conexiones entre áreas, y de las que por el momento nos queda mucho por conocer.

 

Escrito por María Rueda Extremera

Fuente: Research Digest